Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, se presenta este jueves 30 de abril en la conocida ‘comisión Koldo’ del Senado, con el propósito de abordar las cuestiones de los grupos parlamentarios y así neutralizar un cuestionario del PP que desde Moncloa anticipan como ‘sucio’.
Sánchez tomará la palabra ante los senadores por solicitud del PP, formación que disfruta de una mayoría absoluta en el Senado, para ser cuestionado sobre supuestas anomalías realizadas por José Luis Ábalos y Santos Cerdán, últimos secretarios de Organización del PSOE seleccionados por Sánchez, junto al exasesor Koldo García.
Estas figuras están siendo investigadas por el Tribunal Supremo por posibles delitos de corrupción relacionados con el cobro de sobornos de empresas, y Cerdán actualmente está en prisión preventiva en la cárcel de Soto del Real, Madrid, desde junio pasado.
El presidente se dirigirá al Senado acompañado por Félix Bolaños, ministro de Presidencia; Rafael Simancas, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes; y un asesor de Moncloa. ‘SOLO PUEDE IR A EMPATAR’, afirman fuentes de Moncloa, indicando que Sánchez está dispuesto a responder y no optará por el derecho a no contestar, como otros antes en la misma comisión.
La sesión, que se espera extensa, será abordada por Sánchez con una ‘normalidad multiplicada’, como la que muestra usualmente en las sesiones de control en el Congreso, aunque no se anticipa que revele nuevos datos, sino que mantendrá la consistencia en sus respuestas, sin hacer anuncios y procurando mantener el perfil institucional.
Desde el Gobierno, se percibe que el formato de preguntas y respuestas en turnos de 50 minutos no beneficia al compareciente, y temen que algunos senadores entorpezcan las respuestas del presidente, reduciendo su tiempo para replicar y con ello, solo aspiran a ‘empatar’.
Desde el Ejecutivo se ha criticado la decisión de Feijóo de convocar a Sánchez, pidiendo a la oposición que la sesión sea ‘lo menos circo posible’. Aunque aún no se ha revelado quién será el senador del PP que llevará a cabo el interrogatorio, en Moncloa minimizan la relevancia de la identidad del mismo y sostienen que Sánchez enfrentará la sesión de manera invariable, esperando un encuentro ‘duro’ y ‘sucio’.
















