Pedro Sánchez defiende en EE.UU la inmigración como esencial para el crecimiento, en contraposición a Trump

Pedro Sánchez en Nueva York contrasta su visión pro-inmigración como clave para el crecimiento, frente a las políticas de Trump.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (c), durante un encuentro con inversores en la Oficina Económica y Comercial de España, a 22 de septiembre de 2025, en Nueva York (Estados Unidos).Pool Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa

Desde Nueva York, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha pronunciado un discurso en el que ha destacado la inmigración como “fuente de esperanza” y “motor de crecimiento”. Sus palabras, emitidas en un contexto de política internacional abierta, ofrecen un marcado contraste con las políticas del ex presidente Donald Trump.

En su intervención en la Universidad de Columbia y en el Foro de Líderes Mundiales, Sánchez ha expuesto cómo el flujo de “dos millones de inmigrantes” ha impulsado la economía española, contribuyendo significativamente al Producto Interior Bruto (PIB). Este fenómeno coincide con una reducción del desempleo en España “en más de un 40%” desde su llegada al poder.

“Para nosotros, la inmigración no es una fuente de miedo o una amenaza, sino que es una fuente de esperanza y de oportunidad”, subrayó Sánchez, en una clara alusión a la retórica de Trump. Además, elogió la postura de universidades como Columbia, que desafían las restricciones a estudiantes internacionales impuestas por Trump, destacando que “crear puentes y no barreras ayuda a generar un mundo mejor”.

Sánchez también abogó por establecer rutas legales claras para la migración y destacó la importancia de tratar a todos los inmigrantes como seres humanos en busca de una vida mejor, independientemente de su estatus legal.

En su apuesta por replicar el modelo estadounidense de integración de inmigrantes, Sánchez invitó a los estudiantes de Columbia a explorar España, destacando el papel de la inmigración en el crecimiento económico del país, que representa un 40% del crecimiento de la zona euro.

En términos de política económica, Sánchez defendió una “autonomía estratégica abierta”, frente a las políticas proteccionistas de Trump, y reafirmó el compromiso de España como un “socio fiable” en la OTAN, destacando la necesidad de equilibrar el gasto en defensa con la cooperación y el desarrollo internacional.

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