En una sesión plenaria del Congreso, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha declarado que la reducción o privatización de los servicios públicos a cambio de beneficios específicos constituye una forma de corrupción que, aunque no infrinja la ley, provoca un “daño tremendo” en España.
Durante su intervención, Sánchez ha enfatizado que la corrupción en España se manifiesta de diversas maneras, afectando seriamente al país. “A veces son cargos públicos que cobran mordidas por cosas ilícitas, a veces son comisionistas que cruzan la frontera de la ley, y a veces son partidos políticos que recortan, que privatizan los servicios públicos a cambio de determinados favores o apoyos económicos de amplio espectro”, explicó.
Estas prácticas, aunque no sean ilegales, son “absolutamente inmorales y hacen un daño tremendo a la mayoría” de los ciudadanos, quienes experimentan las consecuencias en las listas de espera, las aulas y los hospitales sobrecargados, concluyó Sánchez.
