En una desviación de la costumbre anual, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, no participó en los corrillos habituales con los periodistas durante la recepción en el Palacio Real. Este año, el presidente fue el primero en participar en el besamanos, un evento que los Reyes ofrecen a aproximadamente un millar de invitados.
Después de Sánchez, asistieron todos los miembros del Gobierno, excepto las ministras de Sanidad e Infancia, que se encontraban en un viaje oficial, y los titulares de Igualdad y de Agenda 2030, quienes también estuvieron ausentes.
Generalmente, el presidente aprovecha esta ocasión para sostener una conversación informal con los medios sobre temas de actualidad, pero esta vez optó por retirarse antes. La razón proporcionada fue que “mañana tiene un viaje a Egipto para asistir a una cumbre sobre Gaza a la que acudirá el presidente estadounidense, Donald Trump”.
No obstante, el resto de los ministros tampoco permanecieron en el evento, a excepción de Óscar Puente, ministro de Transportes, quien bromeó diciendo que el presidente deseaba “comer con su familia”.