Política

El Rey alerta de una crisis de confianza en la democracia, advierte contra el “ruido” que erosiona la convivencia y defiende Europa y sus principios

El discurso, pronunciado por primera vez de pie, ha sido el más breve de los que ha dirigido desde su proclamación en 2014 y se ha desarrollado en el Salón de Columnas del Palacio Real, escenario elegido por su simbolismo europeo. Felipe VI ha recordado el 40 aniversario de la adhesión de España a las Comunidades Europeas y el 50 aniversario del inicio de la Transición democrática, a la que se ha referido como un ejercicio colectivo de responsabilidad. Asimismo ha hecho una defensa cerrada del...

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El Rey Felipe VI en su Mensaje de Navidad, 24 de diciembre de 2025. POOL

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El Felipe VI ha advertido en su mensaje de Navidad de 2025 de una “inquietante crisis de confianza” que afecta a las democracias y ha alertado del impacto de la polarización política en el ánimo de los ciudadanos, llamando al respeto institucional, al diálogo y a la defensa de la convivencia democrática.

El Rey ha centrado su discurso, emitido en la noche del 24 de diciembre, en la necesidad de preservar la confianza en las instituciones y en el sistema democrático. Ha señalado que la tensión en el debate político genera “hastío, desencanto y desafección” y ha recordado las consecuencias que, en el pasado, tuvo el avance de los extremismos, los radicalismos y los populismos, alimentados -según ha enumerado- por la desinformación, las desigualdades y la incertidumbre.

"Diálogo, respeto y empatía"

Frente a este escenario, Felipe VI ha apelado al diálogo, al respeto en el lenguaje, a la escucha de las opiniones ajenas y a la ejemplaridad de los poderes públicos, así como a la empatía con las personas más vulnerables. La convivencia, ha subrayado, “no es un legado imperecedero”, sino una construcción frágil que requiere del compromiso de todos.

En su repaso a la situación actual, el Rey ha aludido a un contexto “exigente”, marcado por la inflación, las dificultades de acceso a la vivienda, la incertidumbre laboral derivada de la transformación tecnológica y el impacto de fenómenos climáticos extremos, como la dana de Valencia. Ha insistido en que estos retos no se resuelven con retórica, sino con voluntad, perseverancia y una visión compartida de país y ha alertado contra "las barreras y el ruido" que dificultan la convivencia. 


Defensa cerrada del proyecto europeo

La entrada en la UE, cuyo tratado de adhesión se firmó precisamente el 12 de junio de 1985 en el Salón de Columnas en el que el monarca ha pronunciado su discurso, puso fin a "una etapa marcada por un prolongado distanciamiento de una Europa con la que compartimos principios y valores y un proyecto común de futuro".


"Europa no sólo trajo modernización y progreso económico y social: afianzó nuestras libertades democráticas", ha valorado.

En estas décadas, España ha experimentado una "transformación sin precedentes" y ha conseguido "consolidar las libertades democráticas, el pluralismo político, la descentralización, la apertura hacia el exterior y la prosperidad". "Nuestra sociedad está forjada por generaciones que recuerdan la Transición y por otras que no la vivieron y que han nacido y crecido en democracia y libertad", ha resaltado.

En este punto, Felipe VI ha pasado ha hablar de la actualidad para admitir que "vivimos tiempos ciertamente exigentes". "Muchos ciudadanos sienten que el aumento del coste de la vida limita sus opciones de progreso; que el acceso a la vivienda es un obstáculo para los proyectos de tantos jóvenes; que la velocidad de los avances tecnológicos genera incertidumbre laboral; o que los fenómenos climáticos son un condicionante cada vez mayor y en ocasiones trágico", ha enumerado.

Hastío y desafección ciudadanaASTÍO Y DESAFECCIÓN CIUDADANA

"Tenemos muchos desafíos", ha reconocido el Rey, incidiendo al mismo tiempo en que "los ciudadanos también perciben que la tensión en el debate público provoca hastío, desencanto y desafección". "Realidades, todas ellas, que no se resuelven ni con retórica ni con voluntarismo", ha prevenido.

Felipe VI ha apuntado que la receta del éxito en estos 50 años frente a los desafíos, tanto internos como externos, ha sido "voluntad, perseverancia y visión de país". "Lo vimos en crisis económicas, en emergencias sanitarias, ante catástrofes naturales, y también lo vemos cada día en el trabajo callado y responsable de millones de personas", ha agregado.

"España ha progresado cuando hemos sabido encontrar objetivos que compartir. Y la raíz de todo proyecto compartido es necesariamente la convivencia", ha sostenido el monarca, subrayando que es "la base de nuestra vida democrática". "Quienes nos precedieron fueron capaces de construirla incluso en circunstancias difíciles, como las de hace 50 años", ha recordado.

Puesto que "la convivencia no es un legado imperecedero", sino que es "una construcción frágil", "todos debemos hacer del cuidado de la convivencia nuestra labor diaria", ha defendido. "Y para ello necesitamos confianza", ha acotado.

Sin embargo, "en este mundo convulso, donde el multilateralismo y el orden mundial están en crisis, las sociedades democráticas atraviesan una inquietante crisis de confianza", la cual "afecta seriamente al ánimo de los ciudadanos y a la credibilidad de las instituciones".

Alerta contra la desinformación y la desigualdad

En este sentido, ha advertido de que "los extremismos, los radicalismos y populismos se nutren de esta falta de confianza, de la desinformación, de las desigualdades, del desencanto con el presente y de las dudas sobre cómo abordar el futuro".

"No basta con recordar que nosotros ya hemos estado ahí, que ese capítulo de la historia ya lo conocemos y que tuvo consecuencias funestas", ha esgrimido el monarca, en clara alusión a las décadas de dictadura franquista.

Según Felipe VI, "nos corresponde a todos preservar la confianza en nuestra convivencia democrática".


"Preguntémonos, sin mirar a nadie, sin buscar responsabilidades ajenas: ¿qué podemos hacer cada uno de nosotros para fortalecer esa convivencia? ¿Qué líneas rojas no debemos cruzar?", ha afirmado.

DIÁLOGO, RESPETO Y EJEMPLARIDAD

"Estoy hablando de diálogo, porque las soluciones a nuestros problemas requieren del concurso, la responsabilidad y el compromiso de todos", ha sostenido. "Estoy hablando de respeto en el lenguaje y de escucha de las opiniones ajenas; estoy hablando de especial ejemplaridad en el desempeño del conjunto de los poderes públicos", ha añadido, sin mencionar ningún caso en concreto en un año particularmente convulso en el plano judicial.

"También de empatía y de la necesidad de situar la dignidad del ser humano, sobre todo de los más vulnerables, en el centro de todo discurso y de toda política", ha rematado el monarca.

"España es un proyecto compartido"

En democracia, ha recordado, "las ideas propias nunca pueden ser dogmas, ni las ajenas, amenazas" y "avanzar consiste en dar pasos, con acuerdos y renuncias, pero en una misma dirección, no correr a costa de la caída del otro". "España es, ante todo, un proyecto compartido: un modo de reunir, y de realizar, los intereses y aspiraciones individuales en torno a una misma noción del bien común", ha añadido.

"Cada tiempo histórico tiene sus propios desafíos. Los caminos fáciles no existen. Los nuestros no lo son ni más ni menos que los de nuestros padres o abuelos. Pero tenemos un gran activo: nuestra capacidad de recorrerlos juntos", ha reivindicado Felipe VI.

Así las cosas, ha animado a los españoles a hacerlo "con la memoria de estos 50 años" y "con confianza". "El miedo solo construye barreras y genera ruido, y las barreras y el ruido impiden comprender la realidad en toda su amplitud", ha prevenido.

"Somos un gran país", ha sostenido, destacando que "España está llena de iniciativa y de talento" y mostrándose convencido de que "podremos lograr nuestros objetivos, con aciertos y errores, si los emprendemos juntos,