El dirigente del PP catalán, Santi Rodríguez, ha expresado su perplejidad este lunes respecto a la noticia de que Junts haya decidido separarse del PSOE manteniendo ciertas posiciones en el ámbito de las instituciones y empresas públicas. «No encontramos explicaciones a que mantengan determinados cargos en empresas e instituciones públicas», declaró durante una conferencia de prensa, mostrando escepticismo sobre la autenticidad de esta ruptura. «Esto nos hace dudar de hasta qué punto esta ruptura será real o no», añadió.
Además, Rodríguez ha subrayado que desde el PP no se ha comenzado «absolutamente ningún tipo de negociación» con Junts tras el anuncio de su distanciamiento del gobierno de Pedro Sánchez, aunque ha reconocido que siguen adelante las propuestas ya presentadas al Congreso para su votación. También mencionó que la pérdida de la mayoría necesaria para la investidura y en el parlamento no afecta al presidente del Gobierno, resaltando que existen alrededor de 60 coaliciones municipales en Catalunya entre Junts y el PSOE.
En relación con la situación política general, Rodríguez ha argumentado que la única manera de resolver la parálisis del ejecutivo de Sánchez, al cumplirse dos años de mandato, sería convocar elecciones anticipadas «cuanto antes mejor». Criticó la ausencia de mejoras significativas para los catalanes en este periodo y la falta de presupuestos estatales y autonómicos, además de censurar el «error de Salvador Illa de condicionar su investidura a decisiones externas», en alusión a la financiación acordada con ERC. Sobre el retraso en este acuerdo, opinó que cuanto más se posterguen estos logros, mayores son las posibilidades de un cambio en la dirección del gobierno.
En cuanto a la política en Valencia, Rodríguez lamentó la renuncia del presidente Carlos Mazón y las conversaciones con Vox para encontrar un sucesor, criticando la estrategia del Gobierno central de atacar a las administraciones del PP y mencionó la situación similar en otras comunidades como Andalucía y Galicia. En cuanto a Vox, señaló que las relaciones «son las que son, ni buenas ni muy malas», describiendo a Vox como un partido que se mantiene al margen, mientras que el PP busca gobernar con sus propios intereses.
