El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, confía en poder recomponer los lazos con Junts tras la ruptura anunciada por los independentistas, siempre que logre sacar adelante los compromisos aún pendientes. Al mismo tiempo, descarta una remodelación profunda del Consejo de Ministros, aunque sí pretende imprimir un nuevo impulso a la acción del Ejecutivo de cara al próximo curso político.
Durante una charla distendida con periodistas en la tradicional copa prenavideña en el Palacio de la Moncloa, Sánchez admite que el vínculo con la formación de Carles Puigdemont está roto, mientras que en el seno del Gobierno otros dirigentes apuntan a que ya se han retomado ciertos contactos. Señala que desde el encarcelamiento de Santos Cerdán no existe un interlocutor claro con Junts, si bien confía en que esta situación no sea irreversible.
Entre las exigencias de Junts figura la publicación de las balanzas fiscales, un asunto en el que, según recordó el propio Sánchez este lunes en la rueda de prensa de balance de los últimos seis meses, ya se está avanzando. También sigue pendiente la aplicación de la ley de amnistía a los dirigentes del procès y el regreso a España de Puigdemont.
Si estas condiciones se materializan, en La Moncloa esperan que el escenario político se modifique y que lo que hoy aparece como una ruptura pueda llegar a recomponerse. De lograrse de nuevo el respaldo de Junts, Sánchez volvería a disponer de una mayoría parlamentaria que facilitaría completar la legislatura.
En este contexto, el jefe del Ejecutivo valora de forma muy positiva el reciente dictamen del abogado del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que considera relevante y alineado con los intereses del Gobierno. Confía en que este pronunciamiento sirva de antesala a una aplicación efectiva de la norma de amnistía.
QUIERE COMPLETAR ESTA DÉCADA EN MONCLOA
El presidente afirma que se encuentra en buen estado de ánimo y con energía para continuar, al frente de un Gobierno que, a su juicio, ha demostrado solvencia tras superar numerosas crisis. Sostiene que ha alcanzado un grado de madurez política que le permite abordar los problemas con mayor perspectiva, aunque, matiza, sin restarles importancia.
En esta línea, reitera su aspiración de completar la década en La Moncloa, después de haberse fijado ya como objetivo culminar la próxima legislatura y mantenerse en la Presidencia hasta 2031. Defiende, además, la solidez de su gabinete, al que define como “a prueba de bombas”, asegura.
CUENTA CON EL APOYO DE LA MILITANCIA DEL PSOE
Respecto a las críticas internas en el PSOE por los casos de corrupción que salpican al entorno socialista y, en particular, por los episodios de acoso, Sánchez da por descontado que dispone del respaldo de la mayoría de la militancia. A su juicio, las voces discrepantes proceden de cuadros intermedios que le han cuestionado desde sus inicios.
En este punto, subraya que ha reaccionado con firmeza, aunque reconoce que se equivocaron al tardar en contactar con las víctimas. Advierte de que, si surgieran nuevos casos, no volverán a incurrir en ese retraso.
Además, vuelve a atribuir ese fallo a la falta de medios en la organización, debido a la elevada carga de trabajo y a los requerimientos de la Audiencia Nacional, que ha reclamado al partido los tickets de pagos en efectivo correspondientes a los últimos siete años.