El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha adherido a la declaración firmada el día anterior en Berlín por una decena de dirigentes europeos, en la que se ofrecen “sólidas garantías de seguridad” a Ucrania con la implicación de Estados Unidos, con el objetivo de facilitar un futuro acuerdo de paz con Rusia.
El nombre de Sánchez figura ya entre los firmantes del texto difundido tras la reunión convocada por el canciller alemán, Friedich Merz, en la que participaron, entre otros, el presidente francés, Emmanuel Macron, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el primer ministro británico, Keir Starmer.
Aunque el jefe del Ejecutivo español no se desplazó a Berlín, ya que este lunes presentó en Moncloa el balance de los últimos seis meses de gestión del Gobierno, sí ha tomado parte en otras citas de este tipo durante los últimos meses, en ocasiones por videoconferencia.
En el encuentro estuvieron también el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, los negociadores estadounidenses, Steve Witkloff y Jared Kushner, así como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
Las garantías acordadas por los líderes europeos contemplan “apoyo sostenido y significativo para fortalecer al Ejército ucraniano”, que quedaría restringido a 800.000 militares “en tiempos de paz para poder disuadir el conflicto y defender el territorio ucraniano”.
Del mismo modo, los firmantes asumen el compromiso de impulsar “una 'fuerza multinacional' en Ucrania liderada por Europa compuesta por contribuciones de países voluntarios en el marco de la Coalición de Voluntarios y apoyada por Estados Unidos”. Esta fuerza “contribuirá a la regeneración de las tropas ucranianas, a la seguridad de sus cielos y a la protección de los mares, incluso operando dentro de Ucrania”.
El documento prevé además que Estados Unidos encabece “un mecanismo de observación y verificación del alto el fuego con participación internacional para ofrecer una alerta temprana ante cualquier futuro ataque y atribuir y responder a cualquier violación junto con un mecanismo de distensión que funcione en base a acciones mutuas de desescalada que puedan adoptarse en beneficio de todas las partes”.
Igualmente, se plantea un compromiso “jurídicamente vinculante, sujeto a procedimientos nacionales”, para adoptar medidas destinadas a restaurar la paz y la seguridad en caso de un nuevo ataque armado, que podría incluir “fuerza armada, asistencia logística y de Inteligencia, así como acciones económicas y diplomáticas”, además de respaldar “firmemente” la integración de Ucrania en la Unión Europea, sin fijar plazos.
Los dirigentes europeos expresan también su respaldo a Zelenski y se muestran dispuestos a apoyar “cualquier decisión que finalmente tome sobre asuntos específicos de Ucrania”, reiterando que las fronteras internacionales no pueden alterarse por la fuerza y que las decisiones sobre el territorio corresponden al pueblo ucraniano, “una vez que se establezcan garantías de seguridad sólidas”.
Junto a los mandatarios ya mencionados, la declaración lleva la firma de los primeros ministros de Finlandia, Alexander Stubb; Países Bajos, Dick Schoof; Noruega, Jonas Gahr Store; Suecia, Ulf Kristersson; Dinamarca, Mette Frederiksebn, y Polonia, Donald Tusk, así como del presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, y del presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa.