La Confederación Española de Policía (CEP) ha demandado una «condena inmediata y sin paliativos» a los que «desde la más absoluta irresponsabilidad han creado el caldo de cultivo perfecto» para «boicotear» el cierre de la Vuelta Ciclista a España, evento que se ha visto obligado a cancelarse por las protestas propalestinas en varios lugares del centro de Madrid.
El sindicato ha emitido un comunicado donde critica que «grupos de radicales» hayan propagado la «dictadura de la violencia» en las calles del centro madrileño durante la etapa final de la competencia, ocasionando desórdenes y enfrentamientos en los que se han arrojado objetos a los agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP), encargados de la seguridad del evento.
Destacan la «agresividad» de los manifestantes, la cual representó un riesgo para «la mayoría pacífica de ciudadanos» presentes. Además, han señalado la actitud de ciertos políticos que, según ellos, han buscado confrontaciones con las fuerzas de seguridad, deteriorando la imagen pública de estos últimos.
Asimismo, han mencionado un incidente reciente en el que una dirigente de Unidas Podemos acusó a la policía de bloquear el acceso a ciertas áreas del recorrido porque la gente «llevaba cosas de izquierdas», lo que el sindicato considera una obsesión desmedida con la labor policial destinada a asegurar el bienestar general.
Finalmente, el CEP ha reclamado a todas las formaciones políticas que han apoyado las manifestaciones contra la Vuelta que denuncien «su más rotunda condena a los actos de violencia» y promuevan una protesta libre de agresiones.