El Sindicato Profesional de la Ertzaintza, SiPE, ha descrito como un “desastre organizativo” el operativo desplegado en Vitoria durante las manifestaciones del 12 de octubre, atribuyendo esta situación a la incompetencia de la dirección del Departamento de Seguridad y ha exigido que se asuman responsabilidades.
Según un comunicado del sindicato, los agentes implicados en el dispositivo de ese día estuvieron “completamente desbordados” debido a “la falta de personal, la escasa previsión y una coordinación deficiente”, lo que generó un verdadero caos donde no se pudo garantizar la seguridad de los efectivos ni de los ciudadanos.
El sindicato también ha destacado que la decisión del jefe de la Brigada de “no intervenir con la contundencia necesaria” comprometió gravemente la seguridad y la integridad física de los agentes, obligados a soportar agresiones y situaciones extremas sin capacidad de respuesta adecuada. “Esa decisión política, no técnica, puso en grave riesgo la integridad física y la seguridad de los agentes, que se vieron obligados a aguantar agresiones y situaciones límite sin poder actuar para protegerse o controlar el orden público”, indicó el comunicado.
Además, SiPE ha reiterado sus críticas a la “falta de personal, medios insuficientes y ausencia total de planificación” que ha sido una constante en eventos claramente previsibles, calificando los sucesos como “la consecuencia directa de una gestión desastrosa”.
El sindicato también ha denunciado la actitud de la dirección de la Ertzaintza, que se “escuda en el silencio y la opacidad”, y ha lamentado la negativa de la Unidad Disciplinaria y del viceconsejero de Seguridad a iniciar investigaciones disciplinarias contra mandos por errores organizativos graves. Por todo ello, SiPE ha exigido una inmediata depuración de responsabilidades y un reconocimiento del déficit de personal y recursos, instando a proveer a los ertzainas de los medios necesarios para manejar adecuadamente este tipo de eventos.