El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, ha admitido la responsabilidad de Alemania en el devastador bombardeo de Guernica en 1937, perpetrado por la aviación nazi, y lo ha descrito como “un crimen brutal” dirigido contra civiles. Steinmeier ha ofrecido estas declaraciones durante un acto de tributo a las víctimas en Guernica, donde representantes de la embajada alemana en España depositaron una corona de flores y se guardó un minuto de silencio.
El mandatario alemán, evitando mencionar la palabra “perdón”, enfatizó que Guernica representa un símbolo del “horror de la guerra y la vulnerabilidad de personas inocentes”. Recordó cómo el ataque dejó la ciudad en ruinas y afirmó que las heridas aún no están sanadas. Steinmeier resaltó la importancia de recordar y defender valores como la paz y la democracia.
Durante su visita, Steinmeier también se reunió con Crucita Etxabe y María del Carmen Aguirre, supervivientes nonagenarias del bombardeo, en el Museo de la Paz de Guernica. Describió el encuentro como intenso y señaló que ambas estaban contentas de ver a un presidente alemán reconocer la responsabilidad en los hechos.
