El subdirector del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Luis García Terán, ha declarado en el Congreso que Abdelbaki Es Satty, identificado como el ideólogo de los atentados del 17 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils, ‘nunca fue un colaborador del CNI, nunca aportó información de interés y nunca recibió ningún pago’.
Asimismo, García Terán ha enfatizado que los atentados del 17-A eran ‘prácticamente inevitables’ debido al alto nivel de amenaza yihadista de aquel año.
García Terán ha indicado durante su intervención en la comisión investigadora de los atentados en la Cámara Baja que el escenario de amenaza en 2017 era de tal magnitud que las agencias de inteligencia europeas consideraban no ‘si habría atentados, sino dónde, cuándo y cómo’ sucederían.
‘Nuestro primer objetivo es evitar muertes. Usamos al máximo nuestras capacidades y recursos para impedir atentados, pero aquel ataque fue inadvertido para todos’, destacó, señalando que ni las actividades de Es Satty, también conocido como el imán de Ripoll, ni las de otros miembros de la célula terrorista ‘llamaron la atención’ de las fuerzas de seguridad o de sus círculos más cercanos.
Respecto a las interacciones del CNI con Es Satty, García Terán aclaró que fueron ‘mínimas’ y que, según el exdirector Félix Sanz Roldán, Es Satty ‘nunca informó de nada útil’. ‘No se le pagaron 400, ni 300, ni 500 euros. No fue un activo del CNI. Hablamos con él tres veces y se le dio un teléfono. Eso no lo convierte en informador, colaborador o agente’, afirmó con contundencia.
El alto cargo del CNI también expuso que aunque el organismo ‘puede tener interés sobre ciertas personas’, siempre se evalúa si ‘tiene acceso a información útil, si es fiable y si es segura’ antes de considerar su incorporación como fuente o activo. En el caso de Es Satty, ‘nada de eso confluía’, concluyó.
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