El deslinde de Santiago Abascal de las coaliciones con el PP en autonomías como Aragón, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura y Murcia, así como el cese de apoyo en Baleares, cumple un año este viernes. A pesar de ello, Vox continúa jugando un papel crucial en estas regiones. A nivel nacional, los vínculos entre ambos partidos continúan sin fortalecerse, y Alberto Núñez, líder del PP, insiste en que no incorporará ministros de Vox en su posible gobierno.
Los pactos de coalición autonómicos surgieron tras los comicios del 28 de mayo de 2023, con dificultades en algunos casos. Líderes ‘populares’ como Carlos Mazón en Valencia rápidamente aceptaron a Vox en sus gobiernos, mientras otros, como María Guardiola en Extremadura, mostraron reticencias, aunque finalmente se alcanzaron acuerdos en las regiones necesarias.
La crisis migratoria en Canarias exacerbó las tensiones, cuando el gobierno de Pedro Sánchez propuso redistribuir a menores migrantes en la Península, plan al que Vox se opuso vehementemente. Posteriormente, al aceptar el PP la acogida de algunos menores, Abascal declaró que Vox adoptaría una posición de oposición «leal y contundente».
Al año de estos eventos, la dificultad del PP para aprobar presupuestos autonómicos sin el apoyo de Vox es evidente, especialmente en Aragón, Castilla y León y Extremadura, donde no se han conseguido pactos presupuestarios.
CONDICIONES
Vox ha logrado imponer condiciones previas en las negociaciones, exigiendo el abandono de políticas verdes y de apoyo a la inmigración irregular. Como respuesta, líderes como Mazón han adoptado posturas alineadas con Vox en cuestiones de inmigración y políticas ambientales.
Este poder de negociación también ha permitido a Vox retractar algunas decisiones del PP, como en Murcia donde se revirtió un proyecto de compra de viviendas para menores migrantes, tras amenazas de Vox de obstruir los presupuestos.
EN EL CONGRESO, ACUERDOS PERO SIN COMPARTIR GOBIERNO
Abascal ha criticado duramente los pactos bipartidistas y ha instado a Feijóo a romper los acuerdos con el PSOE en Bruselas. Con elecciones pendientes, Feijóo ha prometido gobernar sin coaliciones, aunque abriendo la posibilidad de pactos con Vox y otros partidos. Vox, por su parte, cuestiona esta confianza anticipada del PP y reitera su oposición a formar parte de un gobierno que incluya al PSOE.
El desacuerdo sobre la gestión de la inmigración ilegal sigue siendo un punto de fricción, con Vox enfatizando la deportación como prioridad, mientras que el PP resalta las limitaciones legales para negar servicios a estos grupos.