Se cumplen 20 años de la aprobación de la Ley que transformó para siempre la relación de España con el tabaco, publicada en el BOE el 26 de diciembre de 2005, y el balance es claro: resistencia inicial, debate político intenso y una transición que hoy pocos cuestionan.
En diciembre de 2005 se aprobó la Ley 28/2005 de medidas sanitarias frente al tabaquismo, impulsada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) con la entonces ministra de Sanidad, Elena Salgado, al frente. Entró en vigor el 1 de enero de 2006, inaugurando una etapa que prohibía fumar en centros de trabajo, dependencias públicas y, con matices, en hostelería.
Más tarde, en 2011, se completó la regulación mediante una reforma legislativa y de ahí, a la actualidad, cuando el Anteproyecto de Ley del tabaco, aprobado en septiembre de 2025, busca reforzar la lucha contra el tabaquismo y adaptarse a los nuevos productos y formas de consumo.
De los ceniceros en las mesas a los espacios libres de humo
En su primera versión, la ley permitía a bares y restaurantes con menos de 100 metros decidir si permitían fumar, mientras que exigía una zona separada en los grandes locales. Fue un compromiso intermedio que dejó abierto el debate. Hubo críticas del sector de la hostelería, dudas sobre la capacidad de control y titulares que anticipaban pérdidas económicas. También fue el inicio del giro social: por primera vez se señalaba al humo como un problema de salud pública y no solo como una elección personal.
Sin embago, la verdadera revolución llegaría cinco años después de la primera norma y fijó el marco que hoy se percibe como normalidad. A partir del 2 de enero de 2011 entró en vigor la Ley 42/2010, que modificaba la ley anterior cerrando la puerta a fumar en todos los locales cerrados de uso público sin excepciones, incluidas cafeterías, bares, discotecas, salas de juego y restaurantes. También prohibió fumar en recintos hospitalarios, centros educativos (incluidos patios) y espacios infantiles al aire libre, así como en televisiones y programas grabados en interiores.
Esta reforma fue impulsada de nuevo por el Gobierno de Zapatero, esta vez con Trinidad Jiménez como ministra de Sanidad. El proyecto fue defendido como una actualización necesaria para equiparar a España con los estándares sanitarios europeos. Para el Ejecutivo, el paso siguiente debía ser no solo “convivir con fumadores”, sino proteger al no fumador y reducir la exposición al humo ambiental.
Debate político, presión social y un cambio cultural
El PSOE defendió la norma de 2005 como una medida sanitaria imprescindible ante las cifras de mortalidad asociadas al tabaco. El PP mostró reservas en su primer debate, alertando del impacto económico en la hostelería y reclamando un enfoque “menos restrictivo”, aunque posteriormente asumiría su continuidad sin impulso de reversión. Las sociedades médicas y asociaciones contra el cáncer fueron claras desde el primer momento: la ley era necesaria, tardía y respaldada por la evidencia.
La reacción en la calle fue menos homogénea. Hubo protestas de hosteleros, consumidores que consideraban la medida intrusiva y titulares sobre la “invasión de las terrazas”. Con los años, la percepción cambió radicalmente. Sanidad estima que la ley contribuyó a reducir el consumo, mejorar la calidad del aire y disminuir los ingresos hospitalarios por afecciones respiratorias. También transformó la vida cotidiana: hoy sería difícil imaginar restaurantes, oficinas o trenes llenos de humo.
Dos décadas después
Veinte años después, la Ley Antitabaco se recuerda como una de las reformas sanitarias más disruptivas y, a la larga, más asumidas por la ciudadanía. La prohibición en bares ya no ocupa portadas, el cenicero en las mesas ha desaparecido y el debate legislativo actual en torno al tabaquismo apunta a nuevos frentes: cigarrillos electrónicos, vapeadores, alquileres turísticos libres de humo o espacios públicos exteriores.
El actual Gobierno, con el Ministerio de Sanidad al frente, dio luz verde al nuevo anteproyecto de ley antitabaco el pasado 9 de septiembre de 2025. El texto modifica y actualiza la Ley 28/2005, incorporando nuevas restricciones sobre el consumo de tabaco y productos relacionados (como cigarrillos electrónicos), espacios sin humo y regulación de publicidad. Este texto amplía espacios libres de humo, prohíbe el consumo por parte de menores y equipara la regulación de otros productos al tabaco tradicional.
Algunas de las novedades son que se amplía la lista de lugares donde está prohibido fumar, incluyendo terrazas de bares y restaurantes, exteriores de hospitales y centros sanitarios, campus universitarios, parques infantiles, instalaciones deportivas, estaciones de transporte, espectáculos y conciertos al aire libre, así como vehículos de transporte con conductor y la prohibición expresa de fumar y vapear por menores.
Tras ser sometido a audiencia pública, el Ministerio de Sanidad analizará las aportaciones recibidas y decidirá qué modificaciones introducir antes de remitir el texto al Parlamento para su tramitación legislativa ordinaria: debate y posibles enmiendas en comisión parlamentaria, votación en el Pleno del Congreso de los Diputados, posible paso por el Senado si se introducen cambios y aprobación definitiva y publicación en el BOE, si prospera.
Cómo votaron los distintos grupos en el Congreso la Ley 28/2005 (Ley Antitabaco original)
Aprobada en diciembre de 2005. Entrada en vigor: 1 de enero de 2006.
-Votos a favor: PSOE (promotor de la norma), PP, IU-ICV, ERC, CC (Coalición Canaria), grupos parlamentarios Vasco y Catalán y Grupo Mixto
-Con reservas: Aunque la norma, finalmente, obtuvo el visto bueno en el Congreso de todos los grupos parlamentarios, el PP fue el más reticente a la hora de expulsar el humo de los espacios cerrados con reticencias previas sobre varios artículos clave, especialmente en referencia al régimen sancionador y a las restricciones en hostelería. Su oposición se centró en el impacto económico y en que la ley resultaba “excesivamente restrictiva”.
Cómo votaron los distintos grupos en el Congreso la Ley 42/2010
Modifica la Ley 28/2005. Entró en vigor el 2 de enero de 2011.
-Votos a favor: PSOE, PP, ERC, IU-ICV, BNG, Grupo Mixto
-Con reservas: La ley salió adelante con 340 síes, 8 noes y 0 abstenciones, según el Diario de Sesiones. En la fase inicial de tramitación, todos los grupos parlamentarios apoyaron la reforma. Fue una votación más polarizada que la de 2005 porque eliminó las excepciones para la hostelería y cerró definitivamente la puerta al tabaco en interiores.
Cambio cultural
Veinte años después de la ley que dividió bares y tertulias es hoy parte del paisaje cotidiano, con un legado que continúa expandiéndose. España ha pasado de discutir si se podía fumar en un bar a debatir cómo proteger a los no fumadores en playas o terrazas abiertas.
La norma de 2005 marcó el inicio de un cambio cultural profundo, con el humo como símbolo.