Tras acometer varias reformas para incentivar el retraso de la jubilación y la compatibilidad del trabajo y la pensión, el Gobierno quiere ahora favorecer el retorno de las personas jubiladas al mercado de trabajo.
Esta regulación, explicó el secretario de Estado de Seguridad Social y Pensiones, Borja Suárez, en su comparecencia en el Congreso, se remonta a 2002 y, a juicio de Suárez, es “muy restrictiva y poco atractiva”.
“Tiene un margen importante para establecer incentivos”, apuntó durante su comparecencia ante la Comisión de Trabajo, Economía Social, Inclusión, Seguridad Social y Migraciones del Congreso.
No pasará por el Congreso
Fuentes del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones detallaron a Demócrata que este cambio no requerirá validación del Congreso, ya que se tramitará a través de un desarrollo reglamentario —vía real decreto–, previsiblemente este mismo año. La cuestión, señalan estas fuentes, ya ha sido llevada al diálogo social, que reúne a Gobierno con sindicatos y patronales.
En cuanto al incentivo previsto, desde el departamento que dirige Elma Saiz prevén que se altere la minoración de la pensión prevista en la compatibilidad de pensión y trabajo, permitiendo menores recortes en la prestación con el fin de incentivar la reincorporación de personas jubiladas.
Actualización prevista en la última reforma
Suárez acudió este martes a la Cámara Baja para dar cuenta de los resultados de las últimas reformas realizadas en el sistema público de pensiones, dirigidas precisamente a retrasar la edad de jubilación, y compatibilizar la misma con el trabajo, y en el sistema de cotización de autónomos.
La actualización de esta normativa, que se remonta a 2002, es un mandato recogido precisamente en el Decreto-Ley 11/2024, que regula entre otras cuestiones la compatibilidad de trabajo y pensión.
En su comparecencia, Suárez destacó el alto peso del trabajo autónomo entre las personas que han decidido compatibilizar trabajo y pensión –un 75%– si bien este porcentaje era superior antes de la reforma –un 86% de trabajadores por cuenta propia–.
También son mayoritariamente hombres (65%) aunque en menor porcentaje a antes de la reforma (81%). La mitad de personas que deciden retrasar la jubilación total, señaló, lo demoran entre dos y cinco años, y un tercio de todas ellas lo hace para completar una carrera de cotización para acceder a la jubilación.