El pasado mes de abril el Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto para garantizar que los menús escolares cumplen con unos estándares de calidad suficientes como para asegurar que los niños y niñas dispongan de cinco comidas saludables a la semana. Poco después, en mayo, el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, con Pablo Bustinduy al frente, anticipó junto a la ministra de Sanidad, Mónica García, otro RD para hacer lo propio en hospitales y residencias. Con ambas iniciativas se espera cambiar los hábitos de alimentación y fomentar además un consumo más sostenible, pero su aplicación aún no es efectiva. ¿Cuándo comenzará el sector a verse afectado y qué plazos se manejan?
El propósito del Real Decreto para el fomento de una alimentación saludable y sostenible en centros educativos fue aprobado en Consejo de Ministros el 15 de abril y publicado en el BOE al día siguiente. La Disposición final segunda establecía un plazo de 12 meses para su entrada en vigor, por lo que los centros educativos disponen como tope hasta el 16 de abril de 2026 para cumplir con las obligaciones recogidas.
Sin embargo, el Ejecutivo ya está comenzando a ver los primeros cambios ya que el plazo para aplicarlo finaliza en este mismo curso escolar. De hecho, fuentes del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 consultadas por Demócrata aseguran que hay colegios e institutos que reportan estar operando en base al RD.
Pero la fase clave será a finales de este primer trimestre, que es cuando finalizan algunos de los contratos firmados por los centros educativos con empresas de catering. “Esperamos, sobre todo a partir del segundo trimestre, que los efectos se empiecen a notar”, concluyen desde el Ministerio comandado por Bustinduy.
¿Qué es lo que tienen que aplicar?
Los centros que han de aplicar el Real Decreto son tanto públicos, como concertados y privados que imparten educación infantil (2º ciclo), primaria, educación especial, educación secundaria obligatoria, bachillerato y ciclos de formación profesional de grado básico y medio.
Los catering contratados tendrán que asegurar a los centros contratantes un consumo diario de fruta y verdura fresca; garantizando que al menos el 45% de la fruta y hortalizas servidas sean de temporada para fomentar también la producción local. Además, al menos dos platos al mes o el 5% del gasto se debe destinar a la producción ecológica.
El Real Decreto impone un mayor consumo de pescados, legumbres y cereales integrales. En concreto, las empresas de catering deberán diseñar un menú con entre una y tres raciones por semana. Las legumbres podrán servirse de primero, segundo o guarnición; y semanalmente, debe contener una ración de arroz o pasta integral, además de mendrugos de pan de integral.
Los comedores tendrán prohibido servir bebidas azucaradas, energéticas y bollería industrial. Específicamente, se establece que no se podrán vender productos que superen un contenido máximo de 5 gramos de azúcares por porción envasada y que incumplan los criterios recomendados por la OMS sobre la ingesta de grasas, azúcares y sal.
Las recomendaciones de la OMS son: -El valor energético por porción envasada no debe superar las 200 kilocalorías. -Las kilocalorías que procedan de la grasa no pueden superar el 35%. -En el caso de las grasas saturadas, las kilocalorías con esta procedencia no pueden superar el 10%. Es decir, deben tener un máximo de 2,2 gramos de grasas saturadas para una porción limitada a 200 kilocalorías. -Para los azúcares añadidos o libres, el mismo porcentaje, el 10% como máximo de las kilocalorías con esta procedencia, lo que supone un máximo de 5 gramos de azúcares añadidos para una porción de 200 kilocalorías. -Y en cuanto a la sal, el máximo debe ser 0,5 grados (0,2 gramos de sodio) para la mencionada porción de 200 kilocalorías.
Por último, se limitan los platos precocinados a una ración al mes, entendiendo como tales pizzas, empanadillas o frituras. Estas últimas, si se elaboran en el día, podrán servirse una vez a la semana, usando preferentemente aceite de oliva o aceite de girasol alto oleico.
Hospitales y residencias, ¿cuándo?
En línea con el paso dado para los centros educativos, el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 pretende hacer lo mismo en hospitales y residencias, de la mano de Sanidad.
En un evento en mayo, Pablo Bustinduy y Mónica García anunciaron la consulta pública de un Real Decreto para garantizar la calidad de los menús que se sirve en estos lugares.
El proceso para participar concluyó el 21 de junio y, aunque Bustinduy no quiso aventurarse a desvelar un calendario, fuentes del Ministerio consultadas por Demócrata apuntan a que actualmente se están analizando las aportaciones recibidas para la elaboración del proyecto de Real Decreto con el objetivo de someterlo al trámite de audiencia pública “próximamente”, antes de finalizar el año.
Los primeros compases de aplicación del RD de comedores escolares servirán para tomar el pulso a la norma, pulirla y trasladar las modificaciones pertinentes para mejorar el de hospitales y residencias.
Más regulación en el horizonte
El pasado viernes el ministro Bustinduy avanzó que estas dos regulaciones no son las únicas y que su pretensión es ir más allá. Confirmó que el Gobierno trabaja en una iniciativa para limitar la publicidad de alimentos insanos dirigida al público infantil, una medida que busca blindar el derecho de los menores a una alimentación saludable y sostenible.
Aún no se ha definido el instrumento normativo más adecuado para canalizar sus aspiraciones, pero está decidido a disponer las herramientas necesarias para reducir la demanda de este tipo de productos y mejorar la salud infantil.
