Nahuel González (Sumar), sobre la Ley del Cine: «Hay intereses contrapuestos. Buscamos apoyar al ‘pequeño’ y un equilibrio»
El diputado de IU, portavoz adjunto en la Comisión de Cultura y portavoz en Juventud e Infancia, comenta los principales frentes regulatorios, entre los que destacan los Derechos de Autor, la IA, los retos tecnológicos y la protección de menores en entornos digitales
En 2025 se esperan notables avances en la agenda legislativa y regulatoria del ámbito de la Cultura y la Infancia. La Ley del Cine y la de Derechos de Autor aguardan en el Congreso; se esperan avances en relación a la IA y los retos tecnológicos; y en materia de protección de menores en entornos digitales, entre otras cuestiones. Para tomar el pulso a todos estos frentes, Demócrata habla con Nahuel González (IU), diputado del Grupo Plurinacional Sumar, quien es portavoz adjunto de la Comisión de Cultura y portavoz de Juventud e Infancia.
Pregunta: ¿Cuáles van a ser las líneas de acción de Sumar en materia de Cultura para este 2025 tras un 2024 un poco en stand by en este ámbito?
Respuesta: El objetivo político que tiene nuestro grupo parlamentario es, por una parte, otorgar derechos, y por otra, libertades. Que los trabajadores y trabajadoras estén más en valor en nuestro país y puedan vivir mejor. Que la Cultura sea libre, que sea compatible con el desarrollo tecnológico, sin perder derechos y mirando hacia adelante.
Vamos de la mano del Ministerio, que tiene unos retos muy ambiciosos, como es la regulación ante los retos digitales; la regulación de espacios nuevos, como en el Cine, que está en constante transformación por las plataformas digitales; como la propia Ley de Enseñanzas Artísticas, que tuve la suerte de ser el ponente en la primera ley que aprobó esta legislatura; o como el de crear una Oficina que pueda velar por los Derechos de Autor ante estos retos tecnológicos.
«La Cultura tiene que ser libre, compatible con el desarrollo tecnológico, pero sin perder derechos».
Los objetivos son grandes y, paralelamente, también trabajamos la Cultura desde otras comisiones, desde otras ópticas, como es el caso de cambiar el Código Penal y que ya no sea delito la expresión cultural. Tantos artistas han sufrido esa represión…
En otros ámbitos más territoriales, reivindicar las lenguas propias, reivindicar la Memoria Democrática. La Cultura es muy transversal. Con el Ministerio, tenemos leyes muy concretas que esperamos que este 2025 puedan aterrizar y con el máximo consenso posible.
Ley del Cine y Derechos de Autor
P: La Ley del Cine es una de las más ambiciosas en lo que se refiere al ámbito cultural. Es una ley heredada de la pasada legislatura. Ya está hecha, aguarda en el Congreso de los Diputados a que concluya el periodo de enmiendas, el sector la conoce… ¿Qué tiempos manejáis y qué puntos cree Sumar que deben limarse?
R: He aprendido del trabajo parlamentario que las leyes tienen que tener un proceso, también de escucha social. No sirve de mucho una ley que se hace rápido y que no tiene el consenso de los sectores que les va a afectar. Yo vengo del mundo municipalista, como teniente de alcalde que fui en Gandía, y muchas veces ‘sufría’ alguna ley que tal vez le faltaba madurar un poco.
Las leyes tienen que tener un proceso, mucho diálogo. Y en el caso de la Ley del Cine estamos manteniendo reuniones y escuchando a diversos sectores que les va a afectar.
Efectivamente, es una ley que viene de la pasada legislatura, pero en unos años ha cambiado mucho el panorama. Hay plataformas digitales audiovisuales muy potentes, hemos cambiado la propia cultura del Cine, tenemos un cine en casa cada vez que entramos en una plataforma… Esto lo tenemos que compatibilizar, dar apoyo a las productoras independientes, que son entre comillas un lobby necesario para que esta ley también acabe dando beneficios a los pequeños productores, a la gente que está haciendo Cine desde abajo.
“Las pequeñas productoras son un ‘lobby’ necesario para que la ley dé beneficios a la gente que hace Cine desde abajo”.
Tenemos que tener en cuenta, por otro lado, a un sector como las plataformas digitales, que nos permiten por un precio a veces modesto poder tener un catálogo muy grande de Cine. También a las salas de Cine, que tienen sus necesidades.
Y luego, tenemos características muy peculiares de nuestro país como son las lenguas propias. Yo estoy teniendo reuniones con diferentes industrias propias de cada territorio, con la gente de lengua catalana, con la gente que tiene su propia industria y su identidad y que nos piden un apoyo económico. Porque vamos a hablar claro, la ley también tiene un reparto económico para las lenguas cooficiales que son necesarias para que exista una creación audiovisual en las lenguas propias que tiene el estado español.
«Vamos a hablar claro, la ley también tiene un reparto económico para las lenguas cooficiales».
Es una ley que tiene su camino. En 2025 vamos a entrar en el periodo ya de enmiendas y va a salir adelante, pero necesita una madurez grande de muchos sectores y que los diferentes grupos tengamos el debate.
P: La Ley del Cine establece un nutrido paquete de ayudas y beneficios fiscales, pero hay algunos puntos algo más calientes que generan cierta tensión entre, por ejemplo, productoras y distribuidoras independientes y las salas de Cine. Es el caso de la cuota de pantalla y la ventana de exhibición. ¿Cómo ensamblar esto?
R: Es verdad que hay intereses a veces contrapuestos entre la gente del propio sector. Nosotros velamos para que el pequeño pueda crecer y, de alguna forma, que el que ya está consolidado tampoco vaya para atrás. Esa compatibilidad es lo que la ley tiene que buscar.
En la parte económica tenemos que ser equitativos, tenemos que buscar que un porcentaje de ayudas vayan a los pequeños y que pueda hacerlos mejorar y prosperar.
Tenemos una industria cultural muy importante en el Cine de España. Somos un país que produce películas constantemente y que muchas de ellas vienen de sectores bastante humildes que necesitan del apoyo institucional y eso es lo que trasladamos también un poco a los grandes, a las distribuidoras, que tienen que apechugar.
Vamos a ver cómo acabar la ley, hay muchos grupos parlamentarios, hay muchos intereses y en ese sentido yo creo que lo que está haciendo el Ministerio es escuchar a todos y poner encima de la mesa las necesidades que tiene cada uno para ver si podemos llegar a un camino común donde estas diferencias entre distribuidoras, entre productoras, entre la propia industria pueda llegar a una especie de consenso que beneficie al país.
P: Se espera que, antes de la Ley del Cine, llegue la de Derechos de Autor. ¿Cómo está el asunto y cómo valora Sumar la necesidad de crear una Oficina?
R: Valoramos la ley muy positivamente porque, además, pensamos que va salir por un gran consenso. No existen diferencias políticas importantes. Lo que hace esta ley es crear un sujeto propio a la Oficina de Derechos de Autor para que no sea una subdirección, sino que tenga una entidad propia, con recursos propios y que se le dé la importancia que necesita la creación artística.
Estamos en un periodo de retos culturales muy importantes en materia de derechos de autor. Hablamos de Inteligencia Artificial, de internet, de la creación por todos lados; y se necesita una Oficina propia y una ley propia.
Paralelamente a esta ley, también se puede contemplar mejoras en las condiciones de los artistas.
P: La mejora de las condiciones de los artistas era una prioridad de legislatura. ¿Cuál es la propuesta del Ministerio de Cultura?
R: La fiscalidad del sector es un tema que hay que estudiar y estamos en ello. Ya se hizo una primera reforma del Estatuto del Artista, se tomaron los primeros derechos y creo que hay que seguir avanzando en poder consolidar que un trabajador de la Cultura tenga unos derechos laborales completamente consolidados y que puedan sentirse tranquilos.
Hoy en día la gente que vive de la Cultura sigue con cierta precariedad porque no sabe la certeza de su trabajo, porque muchos son autónomos, muchos se tienen que buscar la vida y de alguna forma tenemos que mejorar esos derechos.
Ese es uno de los objetivos que tenemos los grupos de la mayoría progresista. También estamos avanzando en el Estatuto del Deportista. Está implicado también el Ministerio de Trabajo, con nuestra compañera Yolanda Díaz.
Queremos que los derechos vayan a más en materia laboral y en materia de condiciones de vida, y es importante señalar que el ministro [Ernest Urtasun] apenas empezó la legislatura puso encima de la mesa tanto el Estatuto del Artista como la Oficina de Derechos de Autor.
P: ¿Han tenido contacto ya con los grupos parlamentarios, tanto en lo que respecta a la Ley del Cine, como en lo tocante a la Oficina de Derechos de Autor? ¿Qué podemos esperar?
R: Con respecto a la Ley de Derechos de Autor, ha habido conversaciones y parece que hay unanimidad. No existen grandes diferencias, como mucho, aspirar a más o menos. Hay que ser ambiciosos, pero hay leyes que luego cuesta aplicar, por lo que tenemos que ser ambiciosos, pero también conscientes de la realidad material que tiene este país.
En la Ley del Cine sí que hay más diferencias. La propia ley exige una diferencia entre los grandes y los pequeños, y hay grupos parlamentarios que muchas veces se decantan sobre todo por el grande. Nosotros buscamos apoyar al pequeño y un equilibrio.
«La Oficina de Derechos de Autor tiene que velar por que la IA no ‘robe’ los derechos de autor, sino que sea como una herramienta más».
IA y retos tecnológicos
P: Ha mencionado antes el tema de la IA y los retos y desafíos que plantea para la Cultura. Ya hay un Reglamento europeo, pero ¿su grupo considera que es necesaria una ley? ¿Cómo afronta Sumar este reto?
R: El reto se tiene que ver desde una óptica optimista, no desde el catastrofismo. Entender el desarrollo tecnológico como un beneficio para la humanidad o para la sociedad, en este caso para la Cultura, siempre y cuando esté regulado.
Y regular significa otorgar derechos. Significa que ese progreso pueda ayudar a un creador a mejorar su obra, pero que no signifique constantemente precarizar más a un sector que de por sí ya tiene dificultades.
Esta regulación es muy importante y la estamos llevando a cabo desde muchos frentes, por ejemplo, el de la infancia y juventud con la regulación de entornos digitales. Abordamos en una mesa de expertos cómo hacer también que los niños y niñas entiendan todo el desarrollo tecnológico de inteligencia artificial y las tecnologías que puedan ser útiles; pero que no acaben produciendo problemas. En el ámbito de la Cultura tiene que ser igual, que la Oficina de Derechos de Autor tiene que velar por que la IA no ‘robe’ los derechos de autor, sino que sea como una herramienta más como lo fue la calculadora para los matemáticos. Que pueda multiplicar la creación, que pueda mejorar la creación, pero siempre respetando al creador y siempre respetando al artista.
Lo vemos como algo positivo, siempre y cuando se regule y no acabe siendo un libre albedrío con la IA o, por ejemplo, el algoritmo de las redes sociales.
Protección de menores en entornos digitales
P: Ha mentado usted las redes sociales y ha hablado de juventud e infancia. ¿En qué leyes se está trabajando? Se pretendía incluso prohibir el registro de menores de 16 años en redes sociales.
R: Efectivamente. El Ministerio de Juventud e Infancia está siendo bastante ambicioso, haciéndolo con la sociedad, con las entidades del sector de la infancia y las tecnologías. Hemos creado una subcomisión, dentro de la Comisión de Juventud e Infancia, que está velando con ponencias sobre esta materia. Además, se ha creado una mesa de expertos.
Los entornos digitales tienen efectos nocivos para la infancia, hay que regular estos marcos, el acceso al porno, por ejemplo, se tiene que limitar y perseguir.
Estamos escuchando al sector. Tanto desde el Gobierno como desde el Legislativo estamos hablando con todas las entidades de infancia y el sector. Incluso las empresas están poniendo de su parte eso. Es algo que, a mí por ejemplo, me ha parecido muy interesante: ver que el propio sector empresarial de internet está del lado de la regulación.
«El propio sector empresarial de internet está del lado de la regulación».
En España, gracias también a marco europeo, que es bastante garantista, estamos haciendo las cosas muy bien. Las leyes se están haciendo desde las escucha, no desde la imposición, así que creo que todos los grupos estaos de acuerdo en una regulación que beneficia a la infancia.
El tema de los entornos digitales, tanto en el entorno cultural como de infancia, es el tema estrella. Se debate constantemente en el Congreso y para mí es muy claro: tenemos que utilizar la tecnología para vivir mejor. Tiene que ser parte de un progreso en el cual sea beneficioso para la sociedad, pero si no se regula, puede provocar males muy grandes en infancia, en el sector Cultural o cualquier otro sector.
P: Esta regulación entiendo que pasaría por imponer una serie de obligaciones y deberes a las empresas que brindan estos servicios.
R: Definitivamente. Limitar el acceso a niños y niñas a cierto contenido, decirle a las empresas que no pueden trabajar en ciertos ámbitos y que de alguna forma puedan ser útiles. Pero si hay que cambiar el algoritmo para que una empresa de búsqueda, no quiero nombrarla, tenga que limitar ciertos contenidos, pues hay que hacerlo.
Paralelamente, aprovechando los mecanismos que tiene España como la Educación y la Universidad, hay que propiciar que la sociedad esté preparada y tenga herramientas para enfrentarse a sus entornos digitales y no acaben siendo perjudiciales.
P: ¿Hay herramientas legislativas y normativas para forzar a grandes empresas y grandes tecnológicas en caso de que no muestren voluntad por la regulación? ¿O es un poco ponerle diques al mar?
R: Creo que tenemos que caminar de la mano. Se está caminando de la mano con la Unión Europea para que el marco sea similar. Y el mismo debate que estamos viendo aquí lo están teniendo hasta en Brasil, que hace poco salía la famosa sentencia que limitaba a X. Tenemos que trabajar de forma paralela, pero España sí que tiene capacidad, soberanía y el marco legislativo es claro.
Nosotros vamos a ser contundentes a la hora de proteger a la ciudadanía, a la sociedad vulnerable, pero siempre haciéndolo de la mano de ellos. El mecanismo que se está utilizando es muy bueno, con un comité de expertos en el que está todo el sector y que se llegue a consensos, entre Unicef y Save the Children, que velan por la infancia, con expertos tecnológicos del mundo universitario y académico que estudian constantemente el algoritmo y entienden cómo funciona los entornos digitales.
P: ¿Podemos esperar avances en este sentido para este año o es algo a madurar a lo largo de la legislatura?
R: Aún hay que ser prudentes porque acaba de presentarse el informe de expertos. Es un tema que afecta sobre todo al Gobierno, que tiene la iniciativa y en el Legislativo estamos escuchando. Pero yo creo que consolida y demuestra que hacía falta un Ministerio de Juventud e Infancia, una Comisión propia y en este 2025 tendremos avances.
Voto a los 16 años
P: Precisamente, hablando de Juventud e Infancia: voto desde los 16 años.
R: Es un debate complicado porque es nuevo en el sentido parlamentario, pero es una reivindicación histórica de mi partido, de IU, y de mi grupo, Sumar. Entendemos que los jóvenes tienen la capacidad, y a veces la obligación, de trabajar, pueden tener ciertos derechos ya los 16 años. Poder decidir quién les gobierna ha de ser una parte más de este proceso.
Nosotros no compartimos el discurso de que los jóvenes son, de alguna forma, personas con pocas capacidades. Pensamos que los jóvenes en nuestro país están empoderados, que han conseguido grandes avances. Nos marcan el camino en materias como el medio ambiente, el cambio climático y otros derechos.
Tenemos que escucharlos. Hay un argumento que se dice alguna vez que es que los jóvenes votarían a la extrema derecha. Lo que hay que hacer es que los jóvenes entren dentro del juego democrático, que entren dentro del debate, que entiendan y puedan aprender de cómo funciona el Ayuntamiento, cómo funciona el Congreso etc.
Conseguimos aprobar una PNL que fue simbólica, pero muy importante porque la apoyaron la mayoría de la investidura y que fuerza a que la propia Comisión Constitucional cree una subcomisión para el voto de los 16 y estamos un poco madurando cómo crearla y darle forma. Requiere de una modificación muy importante de la ley electoral y deberá pasar por la Comisión Constitucional, de la cual yo soy vicepresidente también.
El voto a los 16 años requiere de una modificación muy importante de la ley electoral y deberá pasar por la Comisión Constitucional.
Hay que ver qué piensa el resto de grupos sobre el voto los 16 también. El PSOE ha manifestado contradicciones con sus juventudes. El PSOE es más conservador. Pero es importante abrir el debate.
P: Es que una cosa es una PNL y otra que el PSOE, que parece que es quién decantará la balanza, lo apoye realmente. Usted que habla con ellos, ¿en qué lado ve que se sitúen, se decantan por el ‘sí’ o por el ‘no’?
R: Entiendo que están más en el ‘sí’. Y ahí lo dejo. Espero que pueda ser una realidad pronto en nuestro país.
Tauromaquia
P: Para terminar, no puedo dejar de preguntarle por un tema: Tauromaquia.
R: Tenemos una agenda muy interesante. Primero que todo, la ILP No es mi Cultura, la cual ya ha anunciado que habían conseguido medio millón de firmas. Esa toma en consideración va a ser interesante porque viene de un movimiento social muy importante al que agradezco su trabajo.
Nosotros vamos a intentar que sea una realidad, que se quite este blindaje de protección a la tauromaquia para que una comunidad autónoma pueda decidir abolir o prohibir los toros.
Por otra parte, tenemos una Proposición de Ley de Infancia y Tauromaquia, que presenté yo mismo, para que los menores de nuestro país no puedan acceder a ver esta barbaridad de tortura animal.
Los retos van muy bien encaminados, en paralelo también al ministro que quitó el Premio Nacional de Tauromaquia y que defiende que nuestro país es un país del siglo XXI. Cada vez hay más apoyo a los derechos de los animales y también a la infancia. Esperamos que la mayoría parlamentaria y el PSOE se pongan del lado de la sociedad.