Más de 5.500 personas reciben asistencia psicológica gratuita por parte de la Fundación Mutua Madrileña y el COPCV tras la DANA

La Fundación Mutua Madrileña y el COPCV prestan apoyo psicológico a más de 5.500 afectados por las inundaciones en Valencia.

Archivo - Fundación Mutua Madrileña y el COPCV dan ayuda psicológica, profesional y gratuita, a más de 5.500 afectados por la DANAROBER SOLSONA/ FUNDACIÓN MUTUA MADRILEÑA - Archivo

La Fundación Mutua Madrileña junto al Colegio Oficial de Psicología de la Comunidad Valenciana (COPCV) han brindado soporte psicológico sin coste a más de 5.500 afectados por las devastadoras inundaciones en Valencia el 29 de octubre de 2024, como parte de su esfuerzo continuado en el programa de asistencia psicológica iniciado a principios de 2025.

Desde el comienzo de 2025, estas organizaciones colaboran con los municipios más golpeados para fortalecer la salud mental y el bienestar emocional de los ciudadanos, poniendo en marcha diversas acciones para prevenir la prolongación de trastornos mentales y el surgimiento de complejos cuadros de estrés postraumático.

“El compromiso con la salud mental que mantiene la Fundación Mutua, tanto a nivel de estudios como de ayudas a la investigación médica y al cuidado de personas con estos problemas, sobre todo en el ámbito de la infancia y la juventud, nos hizo ver que ayudar a los afectados por las riadas a recuperar su salud mental y emocional podía ser una muy necesaria forma de ayudar a la población afectada”, explicó Lorenzo Cooklin, director general de la Fundación Mutua Madrileña.

Además, como señaló Francisco Santolaya, decano del COPCV, el impacto de la tragedia ha causado incertidumbre e inseguridad, siendo crucial la intervención de los psicólogos para manejar el choque inicial y las emociones subsecuentes. En este periodo se han realizado 1.864 intervenciones individuales y 296 terapias de grupo, alcanzando a 3.244 personas en estas últimas.

Los profesionales han adaptado las intervenciones a la idiosincrasia de cada localidad, con especial atención a colectivos vulnerables. La mayoría de los atendidos en sesiones individuales son adultos, mientras que en las terapias grupales un significativo porcentaje corresponde a niños y adolescentes.

Los síntomas más comunes han sido emocionales y cognitivos, con un marcado aumento de problemas interpersonales y síntomas psicosomáticos, reflejando la profunda huella psicológica dejada por la catástrofe.

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