Un 70% de esguinces no tratados correctamente pueden causar inestabilidad permanente en el tobillo

Manuel Mosqueira advierte que un 70% de esguinces no tratados adecuadamente podrían derivar en problemas crónicos de tobillo.

El especialista en podología Manuel Mosqueira ha señalado que aproximadamente el 70% de los esguinces que no se tratan adecuadamente pueden evolucionar hacia una inestabilidad crónica del tobillo. A menudo, los pacientes minimizan la gravedad de los esguinces y omiten la consulta con un experto.

“Uno de los grandes errores es pensar que un esguince es un problema pasajero que se cura solo. Cuando no se trata bien, puede convertirse en una lesión crónica que afecta a la movilidad, la estabilidad y la calidad de vida del paciente”, explicó Mosqueira, quien participará en el 54 Congreso Nacional de Podología organizado por el Consejo General de Podología.

Síntomas y riesgos de la inestabilidad crónica

La inestabilidad crónica se manifiesta con dolor continuo, la sensación de inseguridad en el tobillo, laxitud ligamentosa y problemas de equilibrio. Es especialmente prevalente en deportistas de disciplinas como el fútbol, el baloncesto o el pádel, que requieren movimientos intensos y rápidos.

“Los pacientes suelen llegar a la consulta diciendo que se les tuerce el tobillo con frecuencia o que sienten inseguridad al caminar o entrenar. La buena noticia es que una rehabilitación temprana y bien estructurada, con ejercicios de propiocepción y fuerza, puede prevenir complicaciones y devolver la estabilidad al tobillo, además de reducir el impacto económico y psicosocial de estas lesiones, ya que el miedo a recaer puede afectar la recuperación y la calidad de vida”, añadió el especialista.

Para diagnosticar esta afección, se utilizan pruebas clínicas y de imagen, como radiografías, ecografías o resonancias, que ayudan a evaluar el estado de los tejidos y ligamentos afectados.

“La ecografía dinámica permite ver muy bien los ligamentos dañados y la resonancia aporta más detalle sobre tejidos blandos y posibles factores de riesgo”, destacó Mosqueira. Posteriormente, el tratamiento se centra en la rehabilitación para restaurar la funcionalidad y estabilidad del tobillo, incluyendo reposo, movilización temprana, vendajes o férulas funcionales y ejercicios específicos.

En casos de recaídas severas o insuficiencia de la recuperación funcional, se puede considerar el uso de plantillas personalizadas o incluso cirugía, para mejorar los resultados y garantizar la estabilidad del tobillo.

“La decisión de volver al deporte no debe basarse sólo en el tiempo transcurrido desde la lesión, sino en pruebas objetivas que garanticen que el tobillo ha recuperado su estabilidad y funcionalidad”, concluyó Mosqueira.

Personalizar cookies