Sanidad

Adelantar la inmunoterapia eleva un 13% la supervivencia sin progresión en cáncer de pulmón no operable en fase inicial

Un ensayo español muestra que adelantar la inmunoterapia antes de la quimiorradioterapia mejora un 13% la supervivencia sin progresión en cáncer de pulmón localmente avanzado.

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Adelantar la administración de inmunoterapia antes de la quimiorradioterapia incrementa en un 13 por ciento la supervivencia libre de progresión en pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPCNP) en estadio III irresecable, es decir, sin opción quirúrgica, según los datos de un estudio del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP).

En estos momentos, las personas en esta situación reciben como primera línea un tratamiento basado en quimiorradioterapia (RT-QT) y, posteriormente, inmunoterapia (IO) con durvalumab, considerado el abordaje estándar. El ensayo fase II “APOLO” del GECP ha evaluado la incorporación de una fase inicial de inducción con quimioinmunoterapia para analizar su impacto en el control tumoral y en la supervivencia de los pacientes.

El trabajo ha incluido a 38 pacientes procedentes de 17 hospitales de toda España. Según el presidente del GECP, los resultados del ensayo, publicados en “Nature Communications”, “son positivos” y muestran que adelantar la inmunoterapia “puede generar una respuesta antitumoral más potente y duradera, sin aumentar la toxicidad”.

Con un seguimiento medio cercano a los 30 meses, el ensayo refleja que el 68,4 por ciento de los pacientes seguía libre de progresión al año, una cifra estadísticamente robusta y superior al 55 por ciento que se había fijado como umbral mínimo en el diseño del estudio. A los dos años, la mitad de los pacientes continuaba sin recaída. Asimismo, la supervivencia global alcanzó el 86,8 por ciento al año y el 60,5 por ciento a los dos años, porcentajes por encima de los observados previamente con el tratamiento estándar.

“Un paso más” hacia una oncología más personalizada

Ante estos hallazgos, Mariano Provencio ha puesto en valor la mejora obtenida en este grupo de pacientes y ha recalcado que los datos apoyan seguir explorando esta estrategia terapéutica. En la misma línea se ha pronunciado el investigador del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Puerta de Hierro, Alberto Cruz, quien ha remarcado que este avance supone “un paso más” hacia tratamientos personalizados y con mayor eficacia.

El ensayo también ha estudiado distintos biomarcadores, entre ellos la expresión de PD-L1, la carga mutacional tumoral (TMB) y el ADN tumoral circulante (ctDNA). Los especialistas del GECP han comprobado que la disminución del ctDNA tras la fase de inducción se relacionaba con una mejor supervivencia, lo que abre la posibilidad de emplear este marcador en sangre para vigilar la respuesta al tratamiento y adaptar la estrategia terapéutica.

En cuanto al perfil de seguridad, el régimen fue en general bien tolerado y los acontecimientos adversos graves detectados fueron comparables a los del estándar actual. Solo un cinco por ciento de los participantes presentó toxicidad relevante durante la fase de mantenimiento.

“El ensayo 'APOLO' demuestra que esta estrategia es factible y segura, incluso en pacientes con enfermedad localmente avanzada no operable. Esperamos confirmar resultados en futuros estudios aleatorizados con mayor número de pacientes”, ha concluido Alberto Cruz.