El Observatorio Estatal sobre Daño Cerebral ha señalado en un reciente estudio la problemática del infradiagnóstico del daño cerebral adquirido (DCA) en España. Esta situación provoca una subestimación de las cifras reales de prevalencia e incidencia de esta afección, lo que dificulta que pacientes y familias accedan a los recursos y apoyos especializados necesarios.
“El problema de la infradetección radica en que la poca identificación de la condición neurológica del DCA está generando una invisibilización de las personas y, consecuentemente, una barrera que limita el acceso de las personas y las familias a los recursos, apoyos y servicios sanitarios, sociosanitarios y sociales adecuados, con especial impacto en los servicios de neurorrehabilitación”, indica el estudio sobre la realidad de la infradetección en la incidencia y prevalencia del Daño Cerebral Adquirido.
El informe recoge la participación de expertos en diversas áreas como neurología, neurocirugía, medicina rehabilitadora y neuropsicología, entre otros. Se destaca la falta de un código diagnóstico específico para el DCA, lo que dificulta un seguimiento adecuado de los casos y contribuye a una subestimación de su prevalencia e incidencia real. Por ello, se propone la creación de un código propio en la 11ª edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS.
DEFICIENTE COORDINACIÓN SOCIOSANITARIA
El estudio también advierte de una ‘deficiente’ articulación y coordinación entre sistemas asistenciales, lo que lleva a una ‘escasa derivación y devolución de información’ que impide una visión longitudinal de la personal. El Observatorio insta a mejorar la continuidad asistencial, la codificación sistemática de déficits y la intervención temprana de trabajo social, a fin de avanzar hacia una atención más equitativa y eficiente.
Además, el informe sugiere la implementación de rutas diagnósticas, la incorporación de indicadores específicos en la historia clínica electrónica y el refuerzo de la intervención de perfiles especializados. También se urge a reforzar la sensibilización y la formación tanto de la población como de los profesionales sanitarios, y se propone realizar campañas de detección precoz y elaborar un censo nacional que integre datos clínicos y sociales, con especial atención a las secuelas invisibles del DCA.










