Las altas temperaturas incrementan el trabajo del corazón hasta triplicarlo, indica especialista

El incremento en la temperatura hace que el corazón aumente su ritmo de bombeo de sangre hacia la piel, facilitando la ventilación a través del sudor, lo cual resulta en un sobreesfuerzo cardíaco, que lo lleva a operar casi tres veces por encima de lo normal, según expone el jefe de Cardiología del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario, Antonio Álvarez-Vieitez.

Adicionalmente, el cardiólogo menciona que, «de persistir la situación, o en el caso de que el individuo tenga el corazón débil, se origina una insuficiencia cardiaca con signos de fatiga». La reducción del flujo sanguíneo hacia los riñones provoca la contracción de sus arterias y una insuficiencia renal que conlleva la pérdida de líquidos y sales, desencadenando deshidratación.

El doctor Álvarez-Vieitez también señala el riesgo «habitual» de experimentar un golpe de calor durante el verano. Aconseja que «si la persona tiene una temperatura corporal cercana a los 40 grados, está disneico (tiene ahogo) y mareado y deja de sudar, hay que acudir urgentemente a un centro médico; aunque lo primero es enfriarlo con duchas, baños o paños fríos e hidratarlo, darle de beber liquido si lo tolera y, si no es el caso, administrarle sueros para que comience a funcionar el riñón y suba la tensión. Igualmente, hay que poner al paciente en un lugar fresco, con aire acondicionado si es posible».

Además, destaca que las personas mayores de 70 años y los niños son especialmente vulnerables a los golpes de calor por no tener sistemas de termorregulación completamente activos. También menciona que el aumento de temperatura puede causar angina hemodinámica debido al esfuerzo extra del corazón.

En cuanto a los problemas asociados al calor, se incluyen los edemas en extremidades inferiores por la vasodilatación periférica. El especialista recomienda evitar estar mucho tiempo de pie o sentado, y sugiere «hacer ejercicio moderado y procurar tener las piernas en alto. Si se permanece largo tiempo de pie, es posible que aparezcan hipotensión, mareos y pérdidas de conocimiento (síncope) por falta de riego cerebral». Por otro lado, el calor beneficia a los hipertensos ya que facilita el control de la presión arterial, aunque deben tener precaución con la deshidratación si están bajo tratamientos diuréticos.

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