Apoyo global contundente a la iniciativa de la ONU contra las enfermedades no transmisibles

Líderes y ministros de salud respaldan la declaración de la ONU para abordar el aumento de enfermedades no transmisibles.

Dirigentes y ministros de Salud internacionales han expresado un “fuerte apoyo” a la iniciativa de la ONU destinada a combatir el incremento de las enfermedades no transmisibles, durante la cuarta Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General sobre esta temática y la salud mental.

El documento representa un compromiso global para disminuir la prevalencia de enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares, respiratorias, cáncer y diabetes, principales causantes de al menos 43 millones de muertes al año, 18 millones de ellas en personas menores de 70 años.

Un 82% de estos decesos ocurren en naciones de ingresos bajos y medios. A su vez, los trastornos mentales impactan a más de 1.000 millones de individuos globalmente, presentando un desafío urgente para la salud pública, la productividad y el crecimiento económico sostenible.

Compromisos y preocupaciones globales

“Reafirmamos firmemente nuestro compromiso de reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles para 2030 mediante la prevención y el control de dichas enfermedades, y la promoción de la salud mental y el bienestar, acelerando la aplicación de las declaraciones políticas y el documento final aprobados en las anteriores reuniones de alto nivel de la Asamblea General sobre la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles, celebradas en 2011, 2014 y 2018”, indica el texto.

Además, se ha puesto de manifiesto la preocupación por los 1.300 millones de consumidores de tabaco y las más de siete millones de muertes anuales vinculadas, incluidas las de aproximadamente 1,6 millones de no fumadores expuestos al humo ajeno; las 2,6 millones de muertes anuales por alcohol; los 390 millones de niños y adolescentes con sobrepeso u obesidad; o las casi siete millones de muertes anuales por contaminación.

“Destacamos que las enfermedades no transmisibles y los trastornos de salud mental impiden que las personas y las comunidades alcancen su máximo potencial, suponen una pesada carga económica, limitan el desarrollo del capital humano, pueden socavar la sostenibilidad de los sistemas de salud y, junto con otros trastornos de salud, agravar los ciclos de pobreza y desventaja”, señala el documento.

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