Autismo España ha expresado su total oposición a las afirmaciones del presidente de EE. UU., Donald Trump, quien relacionó el consumo de paracetamol durante la gestación con el aumento de casos de autismo en recién nacidos, afirmando que dichas declaraciones “carecen de toda evidencia científica” y podrían representar un “potencial perjuicio para la salud pública global”.
En un comunicado, la organización ha citado investigaciones que niegan categóricamente dicha conexión y concluyen que el medicamento no está relacionado con un mayor riesgo de autismo, TDAH o discapacidad intelectual en los descendientes, según un estudio publicado en ‘JAMA Network’. Además, mencionó que análisis preliminares que sugerían un riesgo aumentado se disiparon al evaluar a hermanos, indicando que factores genéticos y el entorno familiar son explicaciones más plausibles para los resultados observados.
Estudios adicionales en gran escala en Europa y Japón durante 2025 han mostrado que las posibles pequeñas correlaciones entre el uso de paracetamol y trastornos del desarrollo neurológico se deben en realidad a otros factores como la salud y genética de los padres, el uso de otros medicamentos y variables ambientales.
Por otro lado, Trump también ha promovido el uso de leucovorina, o ácido folínico, para el tratamiento en niños con autismo. Esta forma activa del ácido fólico se emplea en el tratamiento de ciertos tipos de anemia y en oncología. Desde Autismo España se ha destacado que, aunque se han realizado estudios y ensayos sobre sus beneficios en personas con autismo, especialmente en mejora del habla y comunicación verbal, los resultados todavía no son definitivos.
Además, la confederación ha insistido en que el autismo es un fenómeno complejo que no se puede simplificar a un único enfoque o tratamiento y que el manejo actual debe enfocarse en ofrecer apoyos individualizados, eliminar barreras y estigmas sociales y asegurar derechos fundamentales, descartando intentos de atribuir una causa única o una cura definitiva. También han refutado otro mito común, afirmando que no hay relación causal entre las vacunas infantiles y el autismo, apoyado por el consenso científico global.
Finalmente, en respuesta a la preocupación expresada por Trump sobre el ‘aumento meteórico’ en diagnósticos de autismo y su asignación de más de 42 millones de euros para investigar sus causas, Autismo España aclara que este incremento se debe a una mejor identificación y conciencia, así como a un acceso más amplio a servicios clínicos y educativos. Mientras que en Europa la prevalencia es de uno entre 100, en EE. UU. los últimos datos indican una prevalencia de uno entre 31 niños, basado en estudios preliminares de cribado que no necesariamente confirman un diagnóstico de autismo.










