Investigadores del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) han revelado en un reciente artículo en ‘Frontiers in Immunology’ hallazgos significativos sobre biomarcadores en la leishmaniasis visceral (LV). Esta enfermedad, la más severa de su tipo, provoca alta morbilidad y mortalidad, afectando principalmente a personas con sistemas inmunitarios comprometidos. Transmitida por la picadura de flebotomos, se manifiesta con fiebre crónica, aumento del tamaño del hígado y el bazo, y pancitopenia.
El estudio, liderado por Eugenia Carrillo y Javier Moreno del Centro Nacional de Microbiología del ISCIII, amplía un anterior análisis en modelos animales sobre las vesículas extracelulares plasmáticas (EVs), destacando su potencial como biomarcadores clínicos. La nueva investigación analizó muestras humanas de un brote de leishmaniasis en Madrid, preservadas en el biobanco del CNM-ISCIII, aplicando metodologías que podrían mejorar el seguimiento clínico mediante una prueba ELISA.
El análisis identificó 132 proteínas humanas y validó seis biomarcadores específicos mediante ELISA, destacando la proteína amiloide sérica A1 (SAA1). Esta proteína disminuye notablemente un mes después del tratamiento, siendo un indicador temprano útil en la respuesta terapéutica. Además, se descubrieron otras 29 proteínas de ‘Leishmania’ en las EVs humanas, abriendo nuevas vías para el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.
Los investigadores del ISCIII subrayan que estos biomarcadores facilitan la distinción entre infecciones activas y curadas, y podrían revolucionar las estrategias diagnósticas y terapéuticas en la lucha contra la leishmaniasis visceral.