El investigador Alejo Efeyan, perteneciente al Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), ha señalado en base a diversos estudios en células y animales que reducir la ingesta alimenticia es la táctica más eficaz para alargar la vida, aunque los expertos aún buscan comprender por qué sucede esto.
“Hay que tener mucho cuidado a la hora de extrapolar a la dieta humana los efectos en células o modelos animales”, ha advertido Efeyan en el CNIO-CaixaResearch Frontiers Meetings, evento que ha congregado a expertos de Europa y Estados Unidos para discutir sobre enfermedades ligadas al envejecimiento.
Adam Antebi del Instituto Max-Planck para la Biología del Envejecimiento en Alemania, ha destacado cómo la restricción calórica modifica el metabolismo afectando «la interacción entre la senescencia, la resiliencia y la regeneración celulares». Además, Antebi recalca que la efectividad del ayuno puede variar según la edad, sugiriendo que «a lo mejor en humanos el ayuno intermitente sería bueno a los cincuenta años, pero a los setenta puede ser diferente».
En el congreso, también se ha tratado cómo la dieta restrictiva incide en el envejecimiento y se ha mencionado que muchos procesos contribuyen a este fenómeno. «Ahora estamos empezando a entender que hay procesos que funcionan a diferentes niveles, molecular, celular y de órgano, y todos contribuyen al envejecimiento», explica Efeyan.
Por otro lado, María A. Blasco, también del CNIO, investiga los telómeros y su influencia en enfermedades de vejez como la fibrosis pulmonar. Blasco ha fundado una empresa para desarrollar terapias contra esta enfermedad, activando la enzima telomerasa, responsable de reparar los telómeros.










