Confederación Salud Mental España critica la falta continua de atención psicológica adecuada a menores

La Confederación Salud Mental España ha expresado su preocupación este jueves por la vulneración sistemática de los derechos de los menores en el ámbito de la salud mental, notando un incremento de problemas psicosociales, económicos y de salud física vinculados a este grupo etario en los últimos años.

Si echamos la vista atrás y analizamos aquellos primeros informes, nos damos cuenta de que, en muchos aspectos, la situación apenas ha evolucionado. Queda mucho por hacer: las vulneraciones de derechos están a la orden del día, ha comentado Nel González Zapico, presidente de Salud Mental España.

Un informe reciente de la organización ha resaltado cifras del Barómetro de UNICEF España, que indica que el 41,1 por ciento de los jóvenes entre 13 y 18 años reporta haber experimentado problemas de salud mental el último año. Sin embargo, más de la mitad no busca ayuda y un 56 por ciento evita pedirla en sus centros educativos por desconfianza hacia el profesorado o los orientadores; cuatro de cada diez no solicita ayuda por desconocer a quién acudir.

Esto se asocia con problemas de violencia y falta de atención especializada a menores, llevando a situaciones de contención, aislamiento y sobremedicación, según Irene Muñoz Escandell, asesora jurídica de la Confederación y coordinadora de la Comisión de Defensa de Derechos Humanos de Salud Mental España, quien ha sugerido Existen otro tipo de medidas menos lesivas, pero para ello es preciso aplicar un nuevo paradigma de cuidados en los términos que se detallan en el informe.

El documento propone medidas urgentes como fortalecer los programas y servicios de prevención, detección precoz y atención de la salud mental para menores en Atención Primaria y sistemas sanitarios autonómicos; crear una red específica de salud mental de calidad para la atención de 0 a 18 años; y acciones para lograr cero contenciones.

Además, se considera clave promover la regulación y formación de la figura de Coordinación de Bienestar y Protección de la Infancia, además de sensibilizar sobre salud mental y estigma mediante una asignatura de educación emocional en las escuelas. En nuestra sociedad, muchos de los malestares que sufrimos tienen un componente político, es decir, provienen de las estructuras y exigen, por tanto, cambios estructurales impulsados desde la voluntad política, concluyó Muñoz.

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