Ante la reciente oleada de incendios que han devastado extensas áreas en España, el Consejo General de Enfermería (CGE) ha emitido una serie de recomendaciones vitales para la población afectada. Estas incluyen proporcionar una ubicación precisa del siniestro, buscar un sitio seguro alejándose cuesta abajo y en dirección contraria al viento, y proteger las vías respiratorias con un paño húmedo.
El presidente del CGE, Florentino Pérez Raya, describió la situación como un ‘desastre impresionante’ que compromete la salud pública y numerosos bienes. Héctor Nafría, divulgador del CGE, resaltó la importancia de ‘llamar a las autoridades para avisar y luego buscar un lugar seguro para nosotros. Después, es imprescindible estar tranquilos y esperar información de las autoridades’.
Se subraya la necesidad de conocer ciertas pautas de actuación para prevenir mayores adversidades y proteger, ante todo, la salud. Es crucial llamar al 112, describir detalladamente la situación del fuego y optar por terrenos menos arbolados o con baja vegetación al buscar refugio. También se recomienda mantenerse en zonas ya quemadas, sobre rocas o cerca de ríos si es posible.
Cuando el fuego amenaza zonas habitadas, seguir las instrucciones de las autoridades y usar mascarillas es fundamental, además de mantener cerrados todos los accesos al hogar y apagar sistemas de aire acondicionado. En situaciones extremas, los refugios naturales como huecos del terreno ofrecen mayor protección. Si la ropa se incendia, es vital reducir el contacto con el fuego rodando sobre el suelo.
Posteriormente, se debe evitar retornar a las áreas afectadas hasta recibir autorización oficial y usar indumentaria protectora al hacerlo. Es esencial inspeccionar las propiedades para descartar cualquier elemento que pueda reavivar las llamas y comunicar cualquier anomalía a los servicios de emergencia.
¿QUÉ HACER ANTE UNA POSIBLE QUEMADURA O INHALACIÓN DE HUMO?
En casos de quemaduras o inhalación de humo, es primordial detener el origen del calor y apartar a la víctima de cualquier fuente de fuego. La piel afectada debe ser enfriada con agua corriente fría, evitando el uso de hielo. Es crucial mantener a la víctima abrigada y retirar cualquier objeto que pueda comprimir la piel lesionada.
Las áreas quemadas deben ser cubiertas con material estéril y se debe evitar la aplicación de cualquier sustancia que no sea prescrita por un profesional médico. La reposición de líquidos y el manejo del dolor deben ser prioritarios en el traslado a un centro médico, especialmente si las quemaduras son graves o la persona tiene problemas respiratorios.















