Un grupo de expertos de Fertilab Barcelona y Fertibank ha creado un dispositivo capaz de evaluar con exactitud la resistencia de los óvulos al ser sometidos al proceso de vitrificación, una técnica de congelación utilizada para conservar y utilizar posteriormente estos gametos. Esto se logra mediante el análisis de un vídeo en tiempo real que muestra cómo los óvulos reaccionan en los primeros instantes del procedimiento.
Presentado durante el Congreso de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE) en 2025, este avance es considerado un progreso significativo hacia la personalización y eficiencia de los tratamientos de fertilidad.
Este innovador sistema graba un vídeo en tiempo real de cada óvulo a lo largo de hasta seis minutos durante su vitrificación. Utilizando un ‘software’ especializado, se examinan parámetros dinámicos esenciales como las alteraciones en el tamaño del óvulo, su velocidad de deshidratación y rehidratación, y los cambios en su forma. Estos aspectos son indicativos de la capacidad osmótica del óvulo, un elemento vital para su supervivencia después de congelarse.
En una investigación con 58 óvulos madurados ‘in vitro’ (IVM), se observaron correlaciones significativas entre la rapidez de deshidratación y otros parámetros que predicen la resistencia del óvulo al estrés de la vitrificación. «Estos indicadores biológicos nos ayudan a entender mejor el comportamiento del óvulo y a seleccionar aquellos con mayor potencial para sobrevivir y dar lugar a embriones viables», indicó Sergio Novo, embriólogo e investigador del estudio.
Para los pacientes, esta herramienta promete una selección más precisa de óvulos y un incremento en el éxito de los tratamientos. Actualmente, las clínicas de fertilidad usan criterios generales como la edad o la calidad morfológica para decidir qué óvulos congelar, lo cual puede llevar a errores y a veces a la necesidad de repetir procedimientos. «Si pudiéramos saber de antemano cuáles óvulos tienen más posibilidades de sobrevivir, podríamos evitar que muchas pacientes tengan que pasar por ciclos repetidos y tratamientos adicionales. Esto es especialmente importante para mujeres con baja reserva ovárica o que desean preservar su fertilidad antes de un tratamiento oncológico», explicó Novo.
Además, el estudio y la herramienta están en conformidad con la normativa europea de protección de datos (RGPD), particularmente con el artículo 22 que regula las decisiones automatizadas en la salud. La tecnología no solo ofrece datos confiables, sino que también proporciona interpretación biológica, una necesidad para su empleo en contextos clínicos.
«El proyecto sigue en desarrollo, con el objetivo de ampliar la base de datos y entrenar modelos de inteligencia artificial capaces de integrar estos parámetros dinámicos con datos clínicos, como la edad o tratamientos hormonales, para mejorar aún más la precisión predictiva», concluyó Novo.














