Un innovador protocolo desarrollado por el equipo del Instituto de Micro y Nanotecnología (IMN-CNM) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, perteneciente al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, utiliza la Microscopía Holográfica Digital (DHM) para evaluar con precisión y de manera escalable la masa seca y las características morfológicas de las células bacterianas.
Publicado en la revista ‘Scientific Reports’, este avance es crucial para entender cómo las bacterias resisten a los antibióticos y para optimizar la efectividad de estos tratamientos. La masa celular, reflejo del estado fisiológico y evolutivo de la bacteria, junto con su morfología, proporciona información vital sobre su crecimiento, estado nutricional y respuesta a los antibióticos.
El aumento en la masa seca indica actividad metabólica, mientras que su reducción puede señalar falta de nutrientes o un estado de reposo. La estructura de la célula, incluyendo la pared celular y el citoesqueleto, es fundamental para su interacción y adaptación ambiental. Tradicionalmente, estos parámetros se medían mediante técnicas gravimétricas y microscopía convencional, procesos que pueden ser laboriosos y menos precisos.
La Microscopía Holográfica Digital, que emplea láser y un sistema digital para generar imágenes tridimensionales de las células, permite diferenciar células individuales de las agrupadas y analizar patrones de crecimiento. «La microscopía holográfica digital nos permite cuantificar la masa seca de una población de bacterias y vincularla directamente con su ciclo de vida y su estado fisiológico», explica Álvaro Cano, investigador del IMN-CSIC.
Aplicado con éxito en ‘Escherichia coli’ y ‘Staphylococcus epidermidis’, el método ha demostrado ser comparativamente eficaz frente a técnicas como la Espectrometría de Masas Nanomecánica (NMS). La facilidad de uso, la rapidez y la capacidad de automatización hacen de este protocolo una herramienta prometedora para aplicaciones industriales y de investigación. El siguiente paso será su aplicación en bacterias vivas para estudiar la variación de la masa y la morfología bajo la influencia de antibióticos y mejorar así el conocimiento sobre la resistencia bacteriana.










