La demora en el diagnóstico de las espondiloartritis oscila entre 5 y 8 años desde que se manifiestan los primeros síntomas hasta que se establece un diagnóstico definitivo, según ha indicado el doctor Manuel J. Moreno, perteneciente al Servicio de Reumatología del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca. Moreno ha alertado que “cada año de demora en el diagnóstico aumenta el riesgo de daño estructural irreversible y empeora el pronóstico funcional a largo plazo”.
Estas patologías, que incluyen la espondiloartritis axial y la artritis psoriásica, principalmente afectan la columna vertebral y las articulaciones. Representan un “desafío importante en salud en España”, con una prevalencia que podría superar el 1% de la población, lo que se traduce en aproximadamente 400.000 personas mayores de 20 años afectadas en el país.
La demora diagnóstica puede deberse también a la falta de reconocimiento temprano por parte de Atención Primaria y otros especialistas no reumatólogos o a las limitaciones en el acceso a pruebas diagnósticas específicas como la resonancia magnética o marcadores genéticos como el HLA-B27. Además, “puede que en algunos casos la presentación clínica no cumple los criterios clásicos de espondiloartritis radiográfica, dificultando su detección precoz”, ha explicado Moreno, quien subraya que “las mejoras en este campo se atribuyen al aumento en la concienciación médica, a la introducción de criterios diagnósticos en etapas tempranas (como criterios ASAS), y a la mayor utilización de técnicas de imagen como la resonancia magnética”.
El doctor Marcos Paulino, presidente de la Sociedad Española de Reumatología (SER), durante el 11º Simposio de Espondiloartritis de la SER celebrado del 2 al 4 de octubre en Murcia, ha destacado que “el aspecto fundamental del éxito que determinará un buen pronóstico a largo plazo es poder realizar un diagnóstico precoz para poder administrar el tratamiento más adecuado lo antes posible. En este sentido, desde la SER se están llevando a cabo campañas de concienciación, con el objetivo de mejorar el conocimiento de estas patologías sobre todo entre el colectivo joven”.
En relación a los avances futuros, los especialistas han señalado que se apostará por una mayor personalización del tratamiento a través de biomarcadores moleculares y herramientas de IA para predecir la respuesta. Además, se profundizará en la comprensión de la interacción genética-microbioma-inmunidad para identificar nuevas dianas terapéuticas. También se expandirá la atención integral, con integración de salud mental y manejo de comorbilidades metabólicas y cardiovasculares, han añadido los expertos.