El Instituto de Microelectrónica de Barcelona del CSIC (IMB-CNM-CSIC) ha introducido una innovadora plataforma diagnóstica que detecta secuencias de ARN viral, eliminando la necesidad de etapas de preparación previas como la amplificación genética, típicas en los diagnósticos moleculares vigentes.
Los científicos resaltan que esta tecnología es un gran avance al poder identificar el virus directamente de muestras clínicas, destacando su «rapidez, versatilidad y bajo coste». Según un estudio publicado en ‘Analytical Chemistry’, este método está orientado principalmente para el análisis de infecciones virales a partir de muestras nasofaríngeas.
Aunque se ha validado con el virus SARS-CoV-2, la flexibilidad del test lo hace adecuado para el diagnóstico de diversas enfermedades infecciosas.
DECLARACIONES Y DETALLES TÉCNICOS
«El dispositivo incluye microfluídica en papel, medida electroquímica, empleando celda electroquímica miniaturizada producida en un chip de silicio, y el uso de nanopartículas magnéticas funcionalizadas complementarias a las secuencias del ARN viral, seleccionadas como biomarcadores, permitiendo la detección en un tiempo máximo de 40 minutos», explicó César Fernández, líder del proyecto. Además, Fernández destacó la «innovador» carácter del dispositivo, que lo hace portátil, simple y económico, con un coste por análisis inferior a 1 euro.
El tiempo de diagnóstico reducido es crucial en comparación con las más de 24 horas necesarias para los resultados de PCR. Ahora, el dispositivo busca revolucionar estos diagnósticos llevándolos directamente al punto de atención al paciente. «Es un dispositivo electroquímico muy simple, barato y de bajo consumo», añadió Fernández.
SENSIBILIDAD Y APLICACIÓN FUTURA
El sistema ha mostrado una sensibilidad del 100% y una especificidad del 93%, lo cual es indicativo de su eficiencia para evitar falsos positivos. «Es una herramienta muy versátil que podría adaptarse fácilmente para detectar otras enfermedades infecciosas que requieran la implementación rápida y eficiente de programas de cribado masivo. Si, además, tenemos en cuenta su bajo coste, la plataforma se podría usar en países de bajos recursos», comentó Manuel Gutiérrez-Capitán, otro investigador involucrado.
El dispositivo consta de un chip de silicio, un componente fluídico de papel y una carcasa de metacrilato. Utiliza nanopartículas magnéticas funcionalizadas para mejorar la detección y está siendo validado en un prototipo preindustrial que podría integrarse con dispositivos móviles y una aplicación de control.
Este desarrollo comenzó en 2020 durante la pandemia de covid-19 y ha contado con la colaboración de múltiples instituciones y financiación del CSIC.
