El equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha desarrollado el ‘reparoma humano’, un inventario de ‘cicatrices’ en el ADN que facilitará la creación de tratamientos personalizados para combatir el cáncer.
Este recurso, conocido como REPAIRome, permite a científicos de todo el mundo acceder rápidamente a información sobre cómo cada uno de los 20.000 genes humanos incide en la reparación del ADN, según divulgan en la revista ‘Science’.
Los investigadores del CNIO han catalogado los 20.000 tipos de cicatrices que aparecen en el ADN humano tras ser reparado de una rotura. Posteriormente, han organizado estos datos en un portal web, haciendo que esta información esté disponible para investigadores internacionales, funcionando como un extenso catálogo de patrones de cicatrices del ADN humano reparado.
Esta herramienta no solo es crucial desde el punto de vista de la investigación básica, sino que también tiene importantes implicaciones médicas. Por ejemplo, analizar el patrón de cicatrices en las células tumorales de un paciente podría ser clave para determinar el tratamiento más adecuado para cada tipo de cáncer.
Felipe Cortés, líder del grupo de Topología y Roturas de ADN del CNIO y autor principal del estudio, afirma: ‘Es un trabajo ambicioso, que esperamos que se convierta en un recurso verdaderamente útil en la investigación oncológica y también en la práctica clínica’.
Ernesto López, uno de los coautores, destaca el gran esfuerzo realizado: ‘Ha sido un esfuerzo arduo y concienzudo porque son unos 20.000 patrones, tantos como genes en el ADN humano’.
El ADN, presente en todas las células, sufre roturas constantemente debido al funcionamiento celular normal, muchas veces por factores tan comunes como la exposición solar. Estas roturas son peligrosas y deben ser reparadas para garantizar la supervivencia celular. Las reparaciones dejan una ‘huella mutacional’ o cicatrices que proporcionan información valiosa sobre cómo la célula ha reparado la rotura.
Decodificar estas cicatrices para comprender el daño original y su reparación es crucial en numerosas áreas de investigación, especialmente en oncología, donde muchas terapias actúan provocando roturas en el ADN, explica Cortés.
Comprender cómo las células reparan estas roturas es vital para superar las resistencias que desarrollan los tumores a los tratamientos oncológicos.
El conocimiento de qué genes están ausentes o presentes altera el patrón de cicatrices en el ADN de una célula, un descubrimiento clave para este avance. Este logro del CNIO ha revelado cómo cada gen afecta a las cicatrices resultantes.