Descubren 16 genes esenciales en la formación de la memoria a largo plazo mediante un estudio con la mosca del vinagre

Identifican 16 genes fundamentales para la memoria a largo plazo estudiando la mosca del vinagre, un avance clave en neurociencia.

Un equipo internacional con participación del Centro de Neurociencias Cajal (CNC) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha identificado 16 genes fundamentales en la formación de la memoria a largo plazo a través de un estudio en la mosca del vinagre.

Publicado en ‘Nature Communications’, el estudio revela los mecanismos moleculares que permiten a las neuronas almacenar recuerdos a largo plazo, un descubrimiento relevante ya que, hasta ahora, se desconocía qué genes se activan y en qué momento para consolidar una memoria.

Para que se forme la memoria a largo plazo, es necesario que ocurran cambios físicos en las neuronas, aumentando su interconexión. Estos cambios ocurren solo cuando las neuronas producen nuevas proteínas, activando genes que transcriben la información genética del ADN a una molécula de ARN mensajero, la cual luego sale del núcleo para sintetizar las proteínas necesarias.

Los investigadores llevaron a cabo un análisis temporal de la actividad genética en la mosca del vinagre (‘Drosophila melanogaster’), utilizando técnicas avanzadas de secuenciación de ARN. Esto les permitió identificar los genes cuya actividad cambia en las neuronas encargadas de la memoria. Estas alteraciones en la expresión génica identifican a las neuronas involucradas en el almacenamiento eficaz de recuerdos.

«Esta huella transcripcional de la memoria coincide con periodos críticos de consolidación y está enriquecida en funciones clave como la remodelación del esqueleto de las células o citoesqueleto, el metabolismo energético y la señalización sináptica», explicó Francisco A. Martín, del CNC-CSIC y ahora en la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

16 GENES CONSERVADOS EN HUMANOS

Los resultados confirmaron que 16 genes, conservados en humanos, juegan un papel crucial, destacando dos factores de transcripción, Hr38 y Sr, que regulan la respuesta genética inmediata de las neuronas ante nuevos estímulos.

«El hallazgo de Hr38 y SR, cuya función era previamente poco conocida en memoria, los identifica como genes críticos en las neuronas que participan en la consolidación de la memoria y abre nuevas vías para comprender los mecanismos universales de recuerdo y olvido», señaló Martín.

Estos descubrimientos permiten avanzar en el entendimiento de la biología de la memoria y los factores genéticos y moleculares implicados en la retención de recuerdos a lo largo del tiempo. «La presencia de algunos de estos factores en cerebros más complejos sugiere un mecanismo común en la formación de memorias, incluso entre diferentes especies», concluyó el investigador.

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