Investigadores del área de Enfermedades Cardiovasculares del CIBER (CIBERCV), en colaboración con la Fundación Jiménez-Díaz y el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC), han identificado que altos niveles de inmunoglobulina A2 se relacionan con un desarrollo más rápido de la aneurisma aórtica abdominal (AAA).
Esta enfermedad se manifiesta por la expansión de la aorta abdominal y, al ser asintomática, su diagnóstico precoz es complejo. A menudo progresa hasta causar la ruptura arterial, resultando fatal en la mayoría de las ocasiones. Por ello, encontrar biomarcadores que permitan un diagnóstico anticipado y mejoren el seguimiento y pronóstico de esta condición es crucial.
Un reciente artículo en ‘Journal of Translational Medicine’ reveló que los pacientes con AAA presentan niveles altos de inmunoglobulina A. «Nuestro estudio sugiere que los niveles de estos anticuerpos podrían tener un valor potencial para el diagnóstico y pronóstico de la patología y apuntan a que la inhibición de su receptor podría ser un mecanismo protector del desarrollo de la enfermedad», explicó Jose Luis Martín, del Instituto de Investigaciones Sanitarias de la Fundación Jiménez Díaz y coordinador del estudio.
Previamente se había observado la acumulación de células inmunitarias en la pared aórtica, especialmente en la capa adventicia, y la activación de células B junto a niveles elevados de inmunoglobulinas G y E en tejidos de AAA. El nuevo enfoque se centró en la inmunoglobulina A (IgA) y su relación con las características clínicas de la enfermedad, mediante estudios de proteómica en tejidos de pacientes con AAA y controles sanos.
Isabel Cerro, investigadora de la FJD y primera autora del estudio, destacó: «Esto sugiere una respuesta inmunitaria en la pared aneurismática como uno de los mecanismos de progresión de esta enfermedad». Además, señaló que el bloqueo del receptor de inmunoglobulinas poliméricas en células hematopoyéticas disminuyó el desarrollo de AAA en un modelo preclínico. «Por otro lado hemos demostrado un aumento en los niveles de Inmunoglobulina A2 (IgA2) pacientes con AAA, de forma independiente a factores de riesgo. Estos niveles altos fueron capaces de predecir la evolución de pacientes con AAA», añadió Cerro.
En relación a su utilidad como biomarcador, José Luis Martín afirmó: «la presencia de estos anticuerpos puede proporcionar pistas adicionales para comprender la estratificación del riesgo en estos pacientes, lo que representa un aspecto clave en el tratamiento clínico». Jesús Vazquez, del CNIC y el CIBERCV, comentó: «la detección de IgA2 es una técnica relativamente simple, objetiva, reproducible y factible en la mayoría de los hospitales, lo que facilitaría su implementación en clínica en un breve periodo de tiempo». Los investigadores enfatizaron la necesidad de más estudios para esclarecer el papel exacto de IgA2 como biomarcadores para la estratificación de pacientes y el manejo clínico, así como su contribución a los mecanismos del aneurisma de aorta abdominal.











