El doctor Luis Montuenga, coordinador del Programa de Tumores del Tracto Respiratorio en el área de cáncer del CIBER (CIBERONC), ha indicado que el uso de la tomografía computarizada (TAC) de baja dosis para la detección temprana del cáncer de pulmón en individuos de alto riesgo, podría incrementar la supervivencia en un 20%, según revelan importantes estudios internacionales como NLST y NELSON.
“En 2023 fallecieron 22.822 personas por tumores del tracto respiratorio, de las cuales 6.245 eran mujeres. Son cifras comparables a la mortalidad por cáncer de mama. Estamos ante un enorme reto sanitario”, explicó Montienga mediante un comunicado de AseBio.
A pesar de la existencia de un “consenso científico” sobre la necesidad de implementar un programa de cribado poblacional en España, Montienga lamenta que aún no se haya establecido. Subraya que los avances en diagnóstico precoz, biotecnología e investigación traslacional están marcando una nueva fase en el combate contra esta enfermedad, pero recalca la importancia de profundizar en la investigación.
“Necesitamos profundizar en los mecanismos biológicos clave para diagnosticar antes y tratar mejor”, señaló Montuenga, enfatizando que su investigación en CIBERONC busca comprender la iniciación y progresión del tumor, su evasión inmunitaria, cómo metastatiza y las causas de la resistencia a tratamientos en muchos pacientes.
Posteriormente, destacó que tecnologías como la secuenciación masiva, la biopsia líquida, la fragmentómica, la transcriptómica espacial, la epigenómica o el análisis de célula única están “transformando” la forma de entender y tratar el cáncer de pulmón, ya que facilitan la identificación de biomarcadores “robustos”, realizan diagnósticos “más sensibles” y permiten diseñar terapias “altamente personalizadas”.
“La biotecnología ya ha contribuido -y seguirá haciéndolo- a mejorar la supervivencia”, manifestó el investigador, recordando que en la última década se ha producido una “revolución” con la introducción de terapias dirigidas contra dianas como EGFR, ALK, ROS1 o KRAS, o por la inmunoterapia, que “han cambiado por completo” el pronóstico de miles de pacientes.
La integración creciente de la Inteligencia Artificial (IA) en el análisis de imágenes, la clasificación de biomarcadores complejos y la predicción del riesgo individual también está abriendo “nuevas oportunidades” de personalización.
RETOS DE ACCESO Y DE UNA MAYOR PERSONALIZACIÓN
Montuenga también ha expuesto que la falta de un programa de cribado poblacional mediante TAC de baja dosis y las desigualdades en el acceso a tecnologías avanzadas, como la secuenciación genética, ralentizan la implementación de terapias personalizadas y eficaces.
Por todo ello, Montuenga ha subrayado la importancia de invertir desde el sector público y privado en recursos tecnológicos, equipamiento y personal especializado. “Hoy es imposible hacer ciencia competitiva sin financiación adecuada”, ha concluido.