En comparación con el año récord de 2024, España ha experimentado una notable disminución en los casos y fallecimientos relacionados con el virus del Nilo este año, con un total de 18 casos y dos muertes desde enero, de acuerdo con información de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).
Finalizado el verano, la SEIMC ha evaluado positivamente las estrategias de prevención y control del virus, que el año anterior había alcanzado cifras récord con 158 infecciones y 20 decesos. Según María del Mar Tomás, portavoz de la SEIMC, las medidas adoptadas incluyeron intensificación de la fumigación y control de los criaderos de mosquitos, así como la promoción de prácticas preventivas como el uso de repelentes y la eliminación de aguas estancadas. Estas acciones han sido claves para limitar la expansión del virus en lo que va de 2025 y fortalecer la vigilancia para futuras temporadas.
EXPANSIÓN DEL VECTOR
El virus, predominante en zonas cercanas a ríos en Extremadura y Andalucía, también ha sido detectado en áreas más al norte de España. La SEIMC atribuye esto a la adaptación del mosquito ‘Culex’ a variaciones climáticas y geográficas. A pesar de la disminución de casos este año, los expertos subrayan la importancia de mantener una vigilancia epidemiológica activa para controlar la transmisión y prepararse ante posibles brotes en nuevas regiones.
La colaboración multidisciplinar bajo el enfoque ‘One Health’, que incluye a profesionales de la salud humana, veterinaria y medioambiental, es fundamental para enfrentar y reducir el impacto de enfermedades transmitidas por vectores. Además, la SEIMC ha advertido sobre el crecimiento de virus como el dengue, chikungunya y zika, impulsados por el cambio climático y la globalización.