El doctor José Ramón Cansino, destacado urólogo en el ámbito de la litiasis renal, ha hecho hincapié, aprovechando el Día Mundial de la Hiperoxaluria, en la crucial anticipación diagnóstica y el rol esencial del urólogo en la identificación de esta patología poco común, la cual puede desembocar en insuficiencia renal si no se interviene a tiempo.
«La hiperoxaluria provoca una eliminación excesiva de oxalato en la orina, lo que favorece la formación de cálculos renales y, en los casos más graves, puede derivar en insuficiencia renal crónica», explica el especialista.
Esta afección puede ser primaria, con una base genética, o secundaria, vinculada a trastornos intestinales o intervenciones quirúrgicas que modifican la absorción de nutrientes. En su manifestación más aguda, los depósitos de oxalato pueden alcanzar otros órganos como el corazón, los huesos o la retina.
«En muchos casos, los pacientes acuden al urólogo tras varios episodios de cólicos o piedras renales recurrentes, sin saber que detrás puede haber una enfermedad metabólica poco frecuente –señala el doctor Cansino–. El urólogo suele ser el primer especialista en sospecharla y puede solicitar las pruebas metabólicas y genéticas necesarias para confirmar el diagnóstico».
Aunque es considerada una enfermedad rara -con una prevalencia estimada de entre 1 y 3 casos por millón de habitantes en el tipo 1-, la hiperoxaluria podría estar subdiagnosticada. Las directrices europeas de urología sugieren un enfoque especial en pacientes con cálculos renales recurrentes, nefrocalcinosis o historiales familiares de cálculos renales tempranos.
Su tratamiento incluye medidas preventivas como una hidratación adecuada, dieta controlada y vigilancia de los niveles de oxalato. Por esto, el doctor Cansino enfatiza la importancia de visibilizar esta patología y promover su detección temprana.
«Una simple analítica metabólica puede cambiar la evolución de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes», concluye. Además, destaca el papel crucial de organizaciones como APHES (www.aphes.es), que sirven de enlace entre pacientes, sus familias y profesionales médicos, mejorando la visibilidad de esta enfermedad, fomentando la investigación y defendiendo los derechos de los afectados por hiperoxaluria.