Un grupo de especialistas en nefrología coordinados por la Fundación Jiménez Díaz han desarrollado un documento que aboga por un manejo de la enfermedad renal crónica que se concentre en prever su evolución, enfocándose en preservar la salud renal.
‘Anticiparse es vital en una enfermedad que causa un envejecimiento biológico acelerado por la pérdida de la función gerosupresora (anti-envejecimiento) de los riñones. Si no lo hacemos, se cumplirán las proyecciones del prestigioso estudio Global Burden of Disease (GBD), que sitúan a la enfermedad renal crónica como tercera causa de muerte en España antes de 2050’, ha advertido el jefe del Servicio de Nefrología e Hipertensión de la Fundación Jiménez Díaz, el doctor Alberto Ortiz.
Del mismo modo, ha reclamado realizar ‘cambios estructurales adaptados a los contextos locales que apoyen la prevención primaria proactiva, además del diagnóstico y el tratamiento precoces de la enfermedad renal crónica’, una prevención que ha considerado que debe ser la ‘única’ estrategia desde el nacimiento y a lo largo de toda la vida.
‘La enfermedad renal crónica afecta a más de 800 millones de personas en todo el mundo y es uno de los principales desafíos sin resolver en la salud global’, ha recordado Ortiz, también investigador del Instituto de Investigación Sanitaria (IIS-FJD).
El informe, publicado en la revista ‘Kidney International’, ha resaltado la ‘urgente necesidad’ de lograr una identificación precoz, una intervención oportuna y una mayor atención a los factores que incrementan el riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica.
‘Hasta la fecha, el enfoque principal del tratamiento de la enfermedad renal crónica se ha centrado en el control de la progresión de la enfermedad, sus complicaciones y la insuficiencia renal. Por el contrario, el mantenimiento de la salud renal y la prevención de la enfermedad renal crónica han recibido poca atención, a pesar de su potencial para salvar millones de vidas, reducir los costos de la atención médica y disminuir las cargas ambientales’, reza el texto.
Los expertos han discutido sobre los distintos factores de riesgo y han identificado las ‘principales lagunas existentes’ en investigación, abogando por disponer de mejores herramientas para predecir y prevenir el daño renal, incluyendo biomarcadores, algoritmos de riesgo y soluciones de salud digital.
Es por ello por lo que han incidido en la necesidad de llevar a cabo una evaluación más amplia de la salud renal y de reformas sistémicas que faciliten el acceso a la atención preventiva, destacando el papel de la nutrición y la actividad física para preservar la salud renal, a la vez que pone en valor las opciones farmacológicas actualmente disponibles.
Según el especialista, esta publicación llega en un momento ‘excelente’ al proporcionar un marco práctico para alcanzar los objetivos de la recientemente aprobada resolución de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre esta patología.
‘Los datos actuales demuestran que la enfermedad renal no es inevitable (…) En muchos casos, se puede retrasar, o incluso prevenir, si se interviene a tiempo’, ha afirmado la doctora del Providence Medical Research Center, el Kidney Research Institute y la División de Nefrología de la Universidad de Washington (Estados Unidos) Kathy Tuttle.
Es por ello por lo que ha incidido en la importancia de considerar la prevención de la enfermedad renal crónica como una ‘prioridad de salud pública’, tal y como se ha hecho con otras patologías, como las cardíacas o la diabetes, y de apostar por seguir una dieta saludable, por realizar actividad física y por construir entornos favorables para la salud.
‘Esto implica integrar la salud renal en el proceso de prevención de enfermedades crónicas y empoderar tanto a profesionales sanitarios como a pacientes mediante la educación en salud, la información sanitaria y la concienciación y sensibilización’, ha agregado.