La Sociedad Española de Neurología Pediátrica (SENEP) aclara que no hay pruebas concluyentes que vinculen el uso de paracetamol durante el embarazo con el trastorno del espectro autista (TEA). Subrayan que el crecimiento en la prevalencia de esta condición en los últimos diez años es resultado de un mejor diagnóstico, que incluye tanto casos leves como graves.
Advierten sobre la necesidad de cautela respecto a ciertas declaraciones, como las del presidente Donald Trump, señalando que no existe una conexión causal demostrada en investigaciones rigurosas, las cuales apuntan que cualquier asociación podría atribuirse a factores de confusión como la predisposición genética o enfermedades maternas, entre otros aspectos ambientales.
Recientemente, un estudio de referencia publicado en ‘JAMA’ concluyó que no hay una relación significativa entre el consumo prenatal de paracetamol y alteraciones del neurodesarrollo, incluyendo el TEA, incluso tras ajustar por dosis y comparaciones entre hermanos.
SENEP recuerda que el autismo es un trastorno del neurodesarrollo que tiene múltiples causas, tanto genéticas como ambientales. Destacan además la importancia de descartar mitos, como la supuesta conexión entre las vacunas y el TEA o el TDAH.
Identifican varios factores de riesgo que pueden influir en el desarrollo del TEA, como la prematuridad y la exposición a sustancias tóxicas. En cuanto a la leucovorina, señalan que este derivado del folato no es un tratamiento para el autismo, sino que se utiliza en casos específicos de deficiencia de folato cerebral.
Desde SENEP enfatizan la necesidad de manejar estas informaciones con prudencia y responsabilidad, evitando alarmas innecesarias y protegiendo el bienestar de las familias afectadas.











