Investigadores de la Facultad de Medicina Chobanian & Avedisian de la Universidad de Boston, EE.UU., han encontrado que aquellos con más años de educación experimentan una pérdida de memoria y habilidades cognitivas más acelerada después de ser diagnosticados con enfermedad de Alzheimer (EA), en contraste con aquellos de menor formación educativa.
La capacidad del cerebro para preservar la función cognitiva a pesar de cambios cerebrales relacionados con la edad o enfermedades se conoce como reserva cognitiva (RC). Esta refleja la habilidad de la persona para adaptarse a estos cambios por medio de estrategias cognitivas preexistentes o nuevos mecanismos compensatorios.
La hipótesis de la RC sugiere una mayor resistencia a la patología de la EA en personas con educación avanzada, aunque se observa un deterioro más rápido una vez que la enfermedad se manifiesta. Las evidencias que sostienen esta segunda parte de la hipótesis han sido en su mayoría de estudios en Estados Unidos.
Los nuevos resultados, divulgados en la ‘Journal of Alzheimer’s Disease’, utilizan datos reales de personas mayores de Inglaterra, Alemania y Francia para apoyar la teoría de la RC. «Nuestro estudio sugiere que las personas con mayor nivel educativo podrían ser diagnosticadas con Alzheimer más tarde, posiblemente porque sus cerebros ocultan los síntomas durante más tiempo, pero luego su deterioro es más rápido», indicó la doctora Jinying Chen.
«Esto significa que los médicos y las familias deben estar especialmente atentos a los cambios tempranos y sutiles en la memoria, el habla, el pensamiento, el juicio y el estado de ánimo en adultos con un nivel educativo alto, para que el tratamiento y el apoyo puedan comenzar lo antes posible, explica la autora correspondiente», explicó Chen.
El análisis involucró a más de 1.300 adultos mayores diagnosticados con EA en clínicas de memoria de Inglaterra, Alemania y Francia, como parte del estudio europeo GERAS. Se siguió a los participantes durante 18 meses a tres años, evaluando su rendimiento cognitivo a través del Mini-Mental State Examination (MMSE).
Posteriormente, se aplicó un método estadístico para comparar la rapidez con la que las puntuaciones del MMSE disminuían tras el diagnóstico de EA, considerando diversos factores como la edad, el sexo, otras condiciones de salud, tratamientos para la EA, el país y el tiempo desde el diagnóstico.
LOS PRIMEROS SIGNOS DE ALZHEIMER PUEDEN PASAR POR ALTO
Los hallazgos indican que las pruebas cognitivas estándar, como el MMSE, podrían no detectar los primeros signos de Alzheimer en personas con alta educación. Aunque las pruebas neuropsicológicas más exhaustivas son más efectivas, requieren mucho tiempo, son costosas y necesitan de profesionales capacitados para su aplicación e interpretación.
En el futuro, las pruebas digitales autoadministradas, que usan dispositivos móviles o ‘wearables’ con puntuación automatizada, podrían ser una alternativa más rápida, económica y escalable para identificar cambios tempranos en el pensamiento y la memoria.
«Esperamos que nuestros hallazgos conduzcan a mejores formas de detectar la enfermedad de Alzheimer en una fase temprana, especialmente en personas que pueden no mostrar síntomas evidentes al principio. Una detección más temprana significa que las familias pueden planificar antes y los médicos pueden iniciar tratamientos que pueden ayudar a ralentizar la enfermedad», concluyó Chen.