La responsable de la Unidad de Microbiota y Longevidad del Centro Olympia Quirónsalud, Débora Nuevo, junto con Isabel Bustamante, neuróloga y dietista-nutricionista de la misma unidad, han alertado sobre cómo los excesos de las festividades navideñas pueden desequilibrar la microbiota intestinal, vital para una digestión eficiente, el fortalecimiento del sistema inmunológico y la prevención de patologías metabólicas o neurodegenerativas.
Las expertas señalaron que alteraciones en los horarios, el incremento en el consumo de alcohol, dulces y grasas, las comidas abundantes y la falta de sueño modifican el ambiente intestinal. “Todo ello favorece el sobrecrecimiento de bacterias proinflamatorias y reduce la diversidad bacteriana, algo que se asocia a digestiones pesadas, inflamación o alteraciones inmunitarias”, explicó la doctora Nuevo.
Los síntomas más comunes de un desajuste en la microbiota incluyen hinchazón abdominal, gases, fatiga y cambios en el estado de ánimo. El vínculo entre el intestino y el cerebro es “íntimamente conectado”. Además, Nuevo detalló que el estrés y la falta de sueño afectan tanto la motilidad intestinal como el equilibrio microbiano, sugiriendo que dormir al menos siete horas y aplicar técnicas de relajación como la respiración consciente “puede marcar la diferencia”.
“No es raro que, tras varios días de excesos, aparezcan molestias digestivas y cierta falta de concentración o bajones emocionales”, agregó la doctora Bustamante. Ambas profesionales coincidieron en la posibilidad de cuidar la microbiota sin tener que evitar las celebraciones navideñas, enfatizando la importancia de la moderación y el equilibrio.
“No se trata de prohibir, sino de compensar. Conviene priorizar alimentos frescos, frutas, verduras y legumbres en los días previos y posteriores a las celebraciones, mantener una buena hidratación y comer despacio”, recomendó Nuevo. También sugirieron evitar los ayunos prolongados después de los banquetes y, si es necesario, usar probióticos y prebióticos, que son “útiles” para reforzar la barrera intestinal y prevenir molestias digestivas. “Entre los alimentos amigos de la microbiota destacan el aceite de oliva virgen extra, los frutos rojos, la granada, el pescado azul y los fermentados naturales como el yogur, el kéfir o el chucrut”, concluyó Bustamante.











