La responsable de Dermatología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja, Cristina Villegas, ha destacado la necesidad de realizar una evaluación exhaustiva del cuero cabelludo y del estado de salud del paciente antes de realizar un implante capilar, con el fin de garantizar su durabilidad y evitar riesgos.
Según las recomendaciones de Sanitas, el implante capilar se ha posicionado como uno de los tratamientos estéticos más solicitados. “Se trata de una intervención médica que ofrece resultados naturales y duraderos, pero que requiere de evaluación, planificación y seguimiento especializado”, destacan desde el centro.
De acuerdo con datos de World Population Review (2025), España registra la mayor tasa de calvicie masculina a nivel mundial, con cerca del 44,5 por ciento de los hombres afectados. “El implante capilar consiste en trasladar folículos de una zona donante, habitualmente la parte posterior del cuero cabelludo, a las áreas donde la densidad capilar ha disminuido. Su éxito depende de múltiples factores, como la calidad del cabello, la extensión de la alopecia y la experiencia del equipo médico”, explica Villegas.
Villegas también advierte sobre los riesgos como infecciones locales, inflamación o la caída temporal del cabello trasplantado, que son comunes durante el periodo de adaptación. Además, recalca que una inadecuada planificación o la selección de un centro no adecuado pueden comprometer tanto el resultado estético como la salud del cuero cabelludo.
Más allá de lo físico, el impacto emocional de perder cabello y el proceso de recuperación también son cruciales. “La pérdida de cabello afecta a la imagen personal y, en muchos casos, al bienestar emocional. Es habitual que las personas experimenten sentimientos de frustración, inseguridad o preocupación por la mirada de los demás. Por ello, acompañar el tratamiento con apoyo psicológico ayuda a gestionar las emociones, ajustar las expectativas y a recuperar la confianza, algo tan importante como el propio resultado médico”, señala Silvia Mérida, psicóloga de Blua de Sanitas.
Finalmente, los expertos de Sanitas sugieren consultar con un dermatólogo antes de tomar una decisión; cuidar el cuero cabelludo durante el tratamiento; respetar los tiempos de crecimiento del nuevo cabello, y evitar la exposición solar directa y los esfuerzos físicos intensos.
“La intervención puede generar ansiedad o inseguridad, especialmente durante los primeros meses, cuando el cambio estético aún no es visible. En este contexto, un acompañamiento psicológico favorece la aceptación gradual de los cambios y refuerza la autoestima, contribuyendo al bienestar emocional del paciente”, concluye Mérida.