El psicólogo Rafael Salomha, vinculado a la Clínica Nuestra Señora de La Paz y parte de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en España, ha hecho un llamado a la sociedad para establecer entornos ‘seguros’ donde quienes han experimentado una pérdida por suicidio puedan compartir sus experiencias y hablar ‘sin miedo’ de ser criticados.
‘Muchas personas que han pasado por esto coinciden en que, cuando encuentran un lugar seguro donde compartir su dolor, ya sea con otras personas que han vivido lo mismo, con un terapeuta o simplemente con alguien que sabe escuchar, empiezan a respirar un poco mejor’, ha señalado.
Salomha ha descrito el considerable impacto emocional que sufre alguien tras perder a un ser querido por suicidio, destacando no solo el dolor de la pérdida, sino también la culpa, el estigma y la necesidad de comprender los eventos. Además, menciona la sensación de aislamiento por la falta de espacios abiertos para discutir estos temas.
Asimismo, ha recomendado a los cercanos que ofrezcan su apoyo ‘desde la empatía y el reconocimiento sincero’ del sufrimiento. ‘No se trata de superar, sino de transformar esa culpa, de encontrar una manera de seguir adelante con la pérdida, pero sin que esta lo destruya todo’, ha añadido el especialista.
En relación al Día Internacional de la Prevención del Suicidio, ha explicado que la ideación suicida surge de ‘un sufrimiento emocional intenso que no se percibe como transitorio ni solucionable’. ‘En algunos casos, la persona no desea morir, sino dejar de sufrir’, ha apuntado.
Salomha ha informado que en 2024, los casos de suicidio en España alcanzaron los 3.846, un 6,6 por ciento menos en comparación con el año anterior y la primera disminución desde 2019, atribuyendo esta leve reducción a las campañas de prevención y una mayor conciencia social.
Ha resaltado la importancia del trabajador social en estos contextos, como lo indica Nerea Sanz de la misma clínica, enfatizando la necesidad de una red de apoyo y un equipo de confianza para los pacientes, así como la creciente relevancia de los recursos sociales integrados en equipos multidisciplinares para prevenir y tratar estas situaciones.