El doctor Andrés Madrid Vallenilla, miembro de la Comisión de Formación de la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (SERVEI), ha expresado su preocupación por la insuficiencia de radiólogos intervencionistas, lo que restringe el acceso de numerosos pacientes a terapias menos invasivas y con menores riesgos.
“Faltan manos expertas. Y no solo faltan, sino que las que hay están sobrecargadas intentando cubrir las necesidades de hospitales cada vez más grandes y con patologías más complejas”, comentó el doctor Madrid Vallenilla, quien también es radiólogo vascular e intervencionista en el Hospital Universitario Infanta Sofía de Madrid.
Aunque la medicina ha avanzado considerablemente, especialmente en radiología vascular e intervencionista, capaz de tratar afecciones como tumores y hemorragias sin necesidad de cirugía abierta, la cantidad de especialistas no ha crecido al mismo ritmo. “La media de edad de los profesionales en activo es elevada y si no se logra atraer y formar a nuevo talento, el futuro nos deparará un déficit mayor”, alertó el especialista.
Madrid Vallenilla destacó la importancia de reconocer oficialmente esta subespecialidad y de establecer un programa formativo adecuado. “¿Cómo vamos a tener más especialistas en algo que oficialmente ‘no existe’ con una clara vía de formación? Hoy en día, un joven médico no puede decir que quiere hacer la residencia de Radiología Intervencionista, porque esa opción no existe”, señaló.
También criticó la formación “desestructurada” que muchos médicos tienen que seguir, a menudo en su tiempo libre. Comparó esta situación con la de Estados Unidos, donde los estudiantes de medicina pueden especializarse en radiología y radiología intervencionista a través de un programa unificado muy demandado.
“Desde la SERVEI reivindicamos la necesidad de un programa integral con formación clínica y radiológica sólida, engranado con las habilidades técnicas necesarias, que permita captar el talento que quizás hoy en día elige otras especialidades ante la incertidumbre que genera la ausencia de un camino definido en la RVI”, subrayó Madrid Vallenilla.
Finalmente, recalcó que una formación oficial garantizaría la excelencia y respondería a las necesidades de los pacientes del siglo XXI, permitiendo tratamientos menos invasivos y más seguros para condiciones que actualmente requieren intervenciones más riesgosas.