Sanidad

GeSIDA defiende que hacer visible el VIH es una “herramienta poderosa” contra mitos y estigma

GeSIDA reivindica la visibilización del VIH y lanza una campaña con testimonios para combatir el estigma y la discriminación aún presentes en España.

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El Grupo de Estudio del SIDA (GeSIDA), integrado en la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), ha subrayado la importancia de dar visibilidad al VIH como una “herramienta poderosa” para abrir debates necesarios, desmontar falsos mitos y avanzar hacia una sociedad mejor informada y más equitativa.

En esta línea, el grupo ha mostrado públicamente su apoyo al actor y director de cine Eduardo Casanova por hacer público que vive con VIH y, como gesto de empatía y agradecimiento, ha difundido en redes sociales una imagen que reúne los rostros de cientos de sus miembros. “Su decisión contribuye a visibilizar una realidad que, pese a los enormes avances científicos y asistenciales de las últimas décadas, continúa marcada por el estigma y la discriminación”, ha señalado GeSIDA.

Al mismo tiempo, la entidad ha recalcado que cada persona tiene el derecho a decidir libremente si hace público o no su estado serológico. Para erradicar el estigma, ha insistido en la necesidad de implicar a todos los agentes relacionados con la respuesta al virus: profesionales sanitarios, comunidad científica, administraciones públicas y, de forma central, las personas con VIH, a las que el grupo considera quienes “dan sentido” a su trabajo.

GeSIDA ha remarcado que, con un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado, el VIH se considera hoy una infección crónica compatible con una vida plena. La evidencia científica confirma que una persona con VIH en tratamiento eficaz y con carga viral indetectable no transmite el virus por vía sexual.

En España se calcula que alrededor de 150.000 personas viven con el virus, muchas de ellas afrontando todavía actitudes de rechazo, juicios morales y comportamientos discriminatorios, incluso en determinados espacios sanitarios. Los datos de 2024 del Pacto Social por el VIH indican que casi cuatro de cada diez personas con VIH han sufrido en el último año episodios de discriminación en servicios sanitarios no especializados, y cerca de un 20 por ciento también los ha sufrido en consultas especializadas.

Asimismo, numerosas personas con VIH reconocen padecer autoestigma, manifestado en el miedo al rechazo o en la ocultación consciente del diagnóstico, con un efecto negativo tanto en su salud emocional como en el vínculo con el sistema sanitario. Esta situación puede dificultar el acceso a la atención, interferir en el seguimiento médico y poner en riesgo la adherencia a los tratamientos.

“BESOS, TERNURAS Y ABRAZOS CONTRA EL ESTIGMA POR VIH”

Con el objetivo de seguir combatiendo el estigma y coincidiendo con el 30 aniversario del grupo, GeSIDA ha puesto en marcha en redes sociales la campaña “BESOS, TERNURAS Y ABRAZOS CONTRA EL ESTIGMA POR VIH”. La iniciativa reúne conversaciones entre 11 expertos que han presidido el grupo de estudio y 11 personas con el virus, en las que se repasan los cambios científicos, asistenciales y sociales del VIH desde sus inicios hasta hoy, poniendo el foco en la evolución del estigma, que persiste pese a los avances logrados.

Los vídeos recogen los testimonios de quienes fueron atendidos en los primeros años de la epidemia en España, cuando la esperanza de vida se reducía a unos pocos años, y de quienes han recibido el diagnóstico en tiempos más recientes, que actualmente pueden disfrutar de una vida plena gracias a las terapias disponibles.

A lo largo de estas charlas se muestran escenas que evidencian el valor del trato humano en la atención al VIH. Se resaltan los abrazos, los gestos de cercanía, la escucha activa y la calidez como elementos esenciales tanto para la práctica asistencial como para la integración social. Los diálogos profundizan en cómo se percibe el estigma y su transformación: desde el miedo y la exclusión abierta de los primeros años hasta formas más sutiles y silenciosas de discriminación, que siguen dificultando la normalización y la plena inclusión de las personas que viven con VIH.