El Good Food Institute sugiere incorporar proteínas alternativas a la dieta mediterránea

El GFI recomienda la integración de proteínas alternativas en la dieta mediterránea para fomentar hábitos alimenticios más sostenibles.

El Good Food Institute (GFI) Europe ha sugerido a las autoridades españolas integrar las proteínas alternativas -incluyendo productos de origen vegetal, ingredientes de fermentación y carne cultivada- en las pautas de la dieta mediterránea. Esta medida busca que los ciudadanos continúen siguiendo esta alimentación y disminuyan el consumo de carnes procesadas.

La organización sin ánimo de lucro ha observado que en los últimos años, los españoles se han distanciado de las normas tradicionales de la dieta mediterránea debido a la introducción de nuevos productos en el mercado, que son fáciles de preparar y accesibles. «Por ello, los intentos de la última década basados únicamente en fomentar el consumo de legumbres y verduras no han conseguido su objetivo. Los análogos vegetales a la carne pueden ser un gran aliado en este contexto, ofreciendo a los consumidores una opción vegetal que es saludable y accesible», afirma el GFI en su análisis sobre el panorama de las proteínas alternativas en España.

En su informe, el GFI propone que España se posicione como líder en proteínas alternativas mediante la creación de un plan nacional de alimentación basado en productos vegetales. Destaca que varios miembros de la UE ya han colaborado con agricultores, consumidores, la sociedad civil y expertos para desarrollar estrategias que promuevan tanto la producción como el consumo de estas proteínas.

«Si España no desarrolla su propio plan, corremos el riesgo de quedar atrás en el futuro de la producción alimentaria europea y global», advierte el GFI. «La Estrategia Nacional de Alimentación, publicada por el Gobierno en 2025, reconoce por primera vez en un documento estratégico de alto nivel su papel clave», subraya el estudio.

La adopción de estas proteínas podría llevar a una reducción del uso de suelo agrícola en hasta un 93 por ciento, un ahorro de hasta un 99 por ciento de agua y una disminución de las emisiones de hasta un 98 por ciento. «Esto permitiría respetar los límites planetarios mientras se refuerza la autonomía alimentaria del país y se contribuye a la modernización del sector agroalimentario», añade el informe.

Según datos del GFI, el mercado minorista de alimentos vegetales en España alcanzó los 491 millones de euros en 2024, con un incremento del 9,8 por ciento en el volumen de ventas comparado con el año anterior. «España tiene la oportunidad de convertirse en el referente de proteínas alternativas en el sur de Europa. Nuestro país cuenta con el talento científico y el tejido empresarial para aunar la tradición culinaria y la innovación agroalimentaria que representa este sector pero necesita el apoyo adecuado, para consolidarse como un motor económico, sostenible y de innovación industrial», concluye Carlos Campillos Martínez, Public Affairs Manager de GFI Europe en España.

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