Los médicos y las médicas de España están en pie de guerra contra el Ministerio de Sanidad. El motivo es el nuevo Estatuto Marco, que se lleva casi tres años negociando. La última propuesta del Departamento que dirige Mónica García no ha convencido a los profesionales, que, desde hoy, y hasta el próximo 12 de diciembre, inician una huelga nacional convocada por la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM) y el Sindicato Médico Andaluz (SMA).
A este parón se une el que los sindicatos con representación en el Ámbito de Negociación (SATSE-FSES, FSS-CCOO, UGT, CSIF y CIG-Saúde) anunciaron el pasado viernes: será el 27 de enero y se repetirá cada martes.
Pero antes está el convocado por el CESM y el SMA, que confirmaron el pasado jueves, 4 de diciembre, tras rechazar, por unanimidad, la proposición ministerial.
Servicios mínimos
Para esta huelga de cuatro días, que llega en plena ola de gripe, las diferentes comunidades autónomas han decretado servicios mínimos que garanticen la atención en Urgencias, Oncología o UCI. Respecto a la Atención Primaria, únicamente funcionará en su faceta de urgencias.
La necesidad de un Estatuto propio
La principañ exigencia es la necesidad que tiene el colectivo médico de tener un Ámbito de Negociación diferenciado y de tener interlocutores propios ante la Administración. “No nos soluciona nada agrupar en un capítulo específico normas que regulen aspectos laborales exclusivos del médico, ni la oferta de crear mesas técnicas exclusivas para abordar problemática del facultativo, mientras la composición de esas mesas siga siendo la misma que la de la sectorial controlada por sindicatos poco o nada representativos entre el colectivo médico e incluso con intereses contrarios al mismo”.
Clasificación de los grupos profesionales
El ministerio, comentan, “sigue manteniendo su postura de no diferenciar en grupos distintos a titulados MECES III con titulados MECES II, de tal forma que graduados de 240 créditos con formación especializada podrían tener el mismo nivel que un médico con 360 créditos. El nivel de responsabilidad no es tenido en cuenta para la clasificación. No se contempla la modificación del EBEP para la creación de una diferenciación dentro del grupo A para los MECES III con la creación del grupo A1+, con las consecuencias retributivas que ello conlleva.
Jornada de guardias
Respecto a las guardias, la principal queja es que no se califica la jornada de guardias como actividad extraordinaria ni se garantiza su retribución por encima de la hora ordinaria, y que dichas horas computen como tiempo trabajado para la jubilación, ni un calendario claro y bien definido para establecer su voluntariedad, “a sabiendas de que dicha voluntariedad depende fundamentalmente de las condiciones retributivas y laborales de las mismas”, sostienen.
La Administración pretende que la guardia médica siga siendo el mecanismo para garantizar asistencia completa con plantillas insuficientes. Y agregan que no se les “ofrecen garantías suficientes para que no se siga obligando a compañeros a tener jornadas semanales de más de 45 horas, puesto que el comodín de las ‘necesidades del servicio’ sigue vigente a pesar de todo”.
Movilidad forzosa
Denuncian también que se mantiene la movilidad forzosa –pese a que en la oferta final se acota– “y el letal comodín de ‘necesidades del servicio’ que, insistimos, a pesar de que se es más exigente en su aplicación, sigue siendo la herramienta para someter al colectivo médico a condiciones laborales injustas y discriminatorias con respecto al resto de categorías profesionales”.
Régimen de incompatibilidades
Tanto CESM como el SMA aseguran que no se pueden “permitir un régimen de incompatibilidades discriminatorio, y al mismo tiempo retribuciones diferentes por igual trabajo, del mismo modo que no podemos permitir la exclusividad de los mandos intermedios. Un sistema de salud en el que la fuga de médicos es uno de sus principales problemas no puede poner más trabas para atraer talento”.











