El Instituto de Física de Cantabria (IFCA) ha puesto en marcha una iniciativa que utiliza carburo de silicio para optimizar los tratamientos oncológicos.
El programa, llamado SICK DETECTORS, busca tanto verificar la calidad como aumentar la seguridad en las terapias de radioterapia, con especial atención en la braquiterapia de alta dosis.
Este esfuerzo del IFCA (CSIC-Universidad de Cantabria) ha sido premiado en la XXII edición de los Premios al Emprendimiento Universitario (UCem), recibiendo los reconocimientos al Mejor Proyecto Avanzado y al Emprendimiento Sostenible y/o Social.
BRAQUITERAPIA
En el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla se utiliza la braquiterapia de alta dosis para combatir ciertos tipos de cáncer, como el de próstata o cuello de útero. Esta técnica implica colocar una fuente radiactiva potente directamente en o cerca del tumor, entregando la radiación de manera localizada y eficiente.
La seguridad del proceso es crucial debido a la proximidad de la radiación a órganos sensibles y la necesidad de una dosis precisa.
En este contexto, Diego Rosich, Alberto Arteche e Iván Vila del IFCA, en colaboración con especialistas del HUMV y con el apoyo financiero de IDIVAL y la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), están desarrollando SICK DETECTORS para incorporar tecnología de dosimetría ‘in-vivo’ y en tiempo real, facilitando la medición exacta de la radiación durante el tratamiento.
Los investigadores han elegido los detectores semiconductores de carburo de silicio (SiC) debido a su «excelente estabilidad frente a variaciones de temperatura y permite la medida en tiempo real con alta tasa de dosis y precisión».
Los diodos de SiC no solo son más accesibles y fáciles de producir industrialmente, sino que también ofrecen la posibilidad de ser miniaturizados para integrarse en los aplicadores de braquiterapia.
De implementarse ampliamente en hospitales, estos avances podrían lograr un control más detallado y personalizado de los tratamientos contra el cáncer, utilizando dispositivos menos invasivos que operan en tiempo real. Además, el carburo de silicio, al ser más robusto y duradero, podría reducir costos y mejorar la eficiencia en contextos clínicos.