El bruxismo puede provocar una sobrecarga muscular que afecta no solo al área orofacial, sino también al cuello, la espalda y el abdomen, según Isabel Mínguez Esteban, profesora de Fisioterapia en la Universidad Europea de Madrid y miembro del Grupo STRONG.
Isabel Mínguez y Vanesa Abuín, también profesora en la misma universidad y miembro del mismo grupo de investigación, participaron en un análisis que reveló que las mujeres con bruxismo tienen una activación reducida del músculo transverso abdominal durante ejercicios de contracción voluntaria, lo que es esencial para la estabilidad del tronco.
El estudio indicó que las pacientes con bruxismo mostraban variaciones menores en el grosor del transverso abdominal en comparación con ejercicios similares, lo que indica una activación muscular restringida y una posible disfunción del control motor profundo. Aunque el estudio se realizó en mujeres, las autoras sugieren que Nuestro cuerpo tiende a adaptarse, y cuando existe una disfunción sostenida en una zona como la mandíbula, puede comprometer la función de otras áreas como el abdomen.
Por ello, es fundamental entender el cuerpo como un sistema interconectado para mejorar el tratamiento de estas disfunciones. La tensión mandibular mantenida puede repercutir en otras zonas del cuerpo debido a las cadenas musculares, especialmente cuando se trata de músculos posturales profundos, apunta Abuín.
Las expertas resaltan la importancia de un enfoque integral en el tratamiento del bruxismo, mencionando que La integración de ejercicios que incluyan el trabajo de la musculatura abdominal profunda, junto con técnicas de control mandibular, podría ser beneficiosa. También destacan el valor de la fisioterapia postural como complemento a tratamientos más convencionales como las férulas dentales o las intervenciones psicológicas, proponiendo evaluaciones posturales y funcionales por especialistas para identificar y manejar disfunciones musculares relacionadas.